Después de meses de encuentros y desencuentros con el sector, con varios escenarios que hubo que perfilar por imperativo del Consejo de Estado, el Ministerio de Industria tiene ya en sus manos la revisión de primas para la energía eólica y la solar termoeléctrica, dos de las fuentes renovables que, por su contribución al freno del cambio climático, reciben un plus en ayudas públicas a la vez que venden la producción en el mercado eléctrico como las tecnologías convencionales. El Gobierno aprobaba ayer la regulación, que establece un tijeretazo del 35% en las subvenciones para así atajar el déficit tarifario –la diferencia entre lo que cuesta producir y lo que realmente se recauda con el recibo a familias y empresas– y con un máximo a la generación de cada parque. Cuando se superen las 2.350 horas de media por instalación al año en toda España, las más eficientes, las que pueden estar activas más tiempo por la calidad del viento o el sol, dejarán de cobrar la prima a partir de las 2.589 horas. Un quebradero de cabeza para los promotores eólicos en Galicia, que cuenta con los mejores emplazamientos para los parques, y donde la media supera las 2.800 horas con casos incluso de 3.000 horas cada ejercicio.

Entre las empresas que operan en el negocio del viento en la comunidad reconocen que la medida no gusta. Que supone una clara barrera a la "eficiencia". Pero los promotores entienden también que la reducción de horas con derecho a prima formaba parte del acuerdo entre la patronal del sector y el departamento que lidera Miguel Sebastián y que el respaldo del Consejo de Ministros a la normativa permite, por lo menos, acabar con "parte de la inseguridad jurídica" que en estos momentos amenazaba la actividad.

Esos parques que disponen de suficiente recurso para moverse más tiempo no tienen que dejar de hacerlo. Lo que ocurre es que la producción a partir de ese techo impuesto por Industria no estará subvencionada y solo reportará lo que el mercado pague por ella. "Esta disposición –defienden desde el ministerio– no compromete la rentabilidad de las instalaciones existentes y se concibe como una medida racionalizadora del futuro de estas tecnologías y también contribuirá a generar ahorros para el sistema eléctrico". En este caso, la limitación no se levantará cuando amaine la crisis económica.

Sí lo hará la rebaja de primas. El principal éxito de los promotores con la regulación, las garantías que permiten aliviar la intranquilidad de la que se quejaban en estos meses, está en el bloqueo a cualquier intento de aplicar el recorte con carácter retroactivo. Hoy rondan los 77 euros por cada megavatio hora (MWh). Tras la publicación de la reforma en el Boletín Oficial del Estado rondarán los 50 euros. Y así hasta el 31 de diciembre de 2012 para todas las instalaciones que funcionan desde 2007 o que se acogieran al sistema de retribuciones que salió ese mismo año. Alrededor de un 25% de los casi 20.000 MW instalados en toda España. Después, desde 2013, los parques recuperarán sus primas originales. Por eso, tanto desde el Ministerio de Industria como desde la Asociación Eólica Española (AEE) recuerdan que se trata de una rebaja "temporal" y "excepcional" por la crisis económica. A la espera de ver todos los detalles de la normativa, que según el Ejecutivo permitirá un ahorro de unos 1.100 millones de euros, la patronal prefiere ser cauta.

Otra historia es lo que pasará con los nuevos parques. Como los 2.325 MW que acaba de adjudicar la Xunta. ¿Cuánto cobrarán por la producción? Todo apunta a un precio sensiblemente inferior, que habrá que negociar a partir de ahora. De hecho, es otra de las ventajas que destacan en el sector con la aprobación ayer de la norma. Que ahora puede abrirse la puerta ya a analizar el sistema de primas para el futuro.

La otra gran novedad que incorpora el Real Decreto de la retribución eólica y solar termoeléctrica es la adaptación de los algo más de 300 MW que estaban pendientes de entrar en operación con los parques ya instalados, y que se quedaron por el camino ante la entrada en vigor del registro de preasignación del Gobierno para escalonar la entrada en funcionamiento de más potencia de renovables. Tenían todos los trámites cumplidos y finalmente contarán también con el derecho a primas.