Créditos para abonar las nóminas, retrasos de hasta un año para pagar a los proveedores y empresas, facturas acumuladas de agua, luz, calefacción o teléfono, recortes de subvenciones, prórroga de presupuestos... Desde que comenzó la crisis hace dos años, los concellos gallegos se aprietan cada vez más el cinturón. Justo el año en que el boom del ladrillo hacía agua y caía la participación de los ayuntamientos en los ingresos del Estado, decenas de municipios empezaron a tramitar su plan de ordenación urbanística. Pero eso fue todo lo que hicieron. Y a día de hoy, son un total de de setenta municipios gallegos los que tienen su planeamiento urbanístico en revisión pero paralizado desde hace más de dos años: 12 de Pontevedra, 17 de A Coruña, 21 de Lugo y 20 de Ourense.

En algunos casos, la tramitación arrancó hace ya nueve años, como es el caso de Mondoñedo. En la provincia de A Coruña, el que acumula más retraso en la revisión de su planeamiento urbanístico es Arteixo –inició el papeleo en junio de 2004–, al igual que Viana do Bolo, en Ourense, (octubre de 2004) y O Grove, en Pontevedra, (diciembre de 2004).

Con el objetivo de impulsar la construcción del mapa urbanístico de Galicia, la Xunta destinó este año 10 millones en ayudas a los concellos para redactar o actualizar sus planes de ordenación territorial, una partida que se suma a los 18,9 millones adjudicados en años anteriores pero todavía pendientes de pago. Precisamente para agilizar el abono de estas subvenciones, la Consellería de Medio Ambiente modificó hace un mes el sistema de transferencia para que los municipios dispongan con una mayor celeridad de los recursos necesarios para continuar con la tramitación de su Plan Xeral de Ordenación Urbana (PXOM). A partir de ahora, los ayuntamientos que se acojan a las ayudas de la Xunta recibirán los pagos de forma fraccionada, sin tener que esperar hasta que el proyecto obtenga la aprobación definitiva por parte del Ejecutivo autonómico.

Pese a estas subvenciones, al urbanismo gallego aún le queda un largo camino por recorrer. Ocho años después de la Lei do Solo impulsada por Fraga para acabar con el caos urbanístico en la comunidad, el mapa territorial de Galicia sigue en fase de construcción. Los tres años que permitía la ley para adaptar el planeamiento urbanístico a la ley de 2002 se han quedado cortos. A día de hoy, tan sólo 47 concellos (el 14,9%) lo han hecho y de ellos solo cinco son de la costa –Vigo, A Pobra do Caramiñal, Laxe, Oleiros y Paderne–.

Pontevedra es la provincia que peor ha hecho los deberes en estos últimos años. Solo tres municipios han adaptado sus planeamientos (el 4,8 por ciento). Por el contrario, el 21,2% de municipios coruñeses (un total de 20) ya cambiaron sus planes urbanísticos a la Lei do Solo de 2002, frente al 18,4% de los concellos de Ourense (siete) y el 10,4% de Lugo (17). El último plan urbanístico aprobado tiene apenas una semana. El pasado miércoles, la Xunta aprobó el PXOM de Cualedro (Ourense), lo que eleva siete el número de planeamientos a los que el Gobierno autonómico dio luz verde este año –Teo, Touro, Pedrafita do Cebreiro, Arnoia, Rairiz de Veiga y Valga–. Este balance se queda por debajo del número de concellos que el año pasado se dotaron de plan de ordenación municipal –10 en 2009, frente a los 11 del último año de mandato del bipartito–.

Sin PXOM

La situación más caótica se da en 52 municipios que no tienen ningún tipo de normas de ordenación territorial. La peor parada es Ourense, con 25 concellos que carecen de normas de ordenación del territorio –el 27,1% de los municipios de la provincia–, seguida de Lugo –13 municipios, o lo mismo dos de cada diez ayuntamientos lucenses–. En el caso de A Coruña, seis se encuentran en esta misma situación –Sada, Monfero, Abegondo, Frades, Dumbría y Muros– y otros ocho de Pontevedra –Dozón, A Estrada, Cerdedo, Portas, O Grove, Ponteareas, Tui y Gondomar–.

A estos 52 municipios sin normas urbanísticas se suman otros 20 –dos de A Coruña, diez de Lugo y ocho de Ourense– que se rigen por delimitaciones de suelo urbano. En total son 196 que no tienen su PXOM adaptado o se rigen por normas subsidiarias. De ellos, 156 iniciaron la revisión de su planeamiento (80%). Y de los 72 concellos sin planeamiento o sometidos a delimitaciones de suelo urbano, 66 iniciaron este año la tramitación de un plan urbanístico (92%).

La fotografía final es caótica. Y lo será durante años, ya que a día de hoy son 49 concellos los que se rigen por normas de hace ya más de 20 años. Y de los 222 municipios que están redactando un PXOM, un total de 104 ya llevan más de seis años con la tramitación.