El estado de abandono en el que se encuentran decenas de pazos en Galicia y la falta de vigilancia de las iglesias los han convertido en un blanco fácil para los saqueadores. Tallas, rosarios, cepillos, centros de mesa, jarrones… Todo vale. Y en época de crisis, se acentúan los hurtos. Las denuncias de los últimos años revelan el repunte en Galicia del desvalijamiento del arte sacro, un sector muy atractivo por la delincuencia en los años setenta y ochenta. La Fiscalía gallega va más allá al advertir de la existencia en la comunidad de una red de tráfico de objetos religiosos.

Una cruz de plata del siglo XVIII, un cáliz, un incensario de bronce niquelado, rosarios y un cepillo de madera del siglo XIX. Esos fueron algunos de los objetos robados en abril del año pasado de la iglesia de Lesa-Coirós (A Coruña), valorados en 22.000 euros, según detalló ayer el fiscal superior, Carlos Varela, durante su intervención en unas jornadas en Baiona sobre patrimonio cultural.

Otros saqueadores no tuvieron la misma suerte con el botín. Es el caso del robo cometido en la madruga del 26 de febrero del año pasado en la iglesia pontevedresa de Leiro (Ribadumia), que tras cortar un hierro de las rejas de una ventana, accedieron al interior, donde registraron los lampadarios y abrieron el sagrario. Sólo se llevaron dos euros.

Los robos de arte sacro en la comunidad, según el fiscal superior, "confirman las sospechas desde hace años de que en Galicia existe un consolidado tráfico comercial ilícito de objetos religiosos".

A lo largo de 2009, la Fiscalía y los juzgados gallegos registraron 20 procedimientos penales por delitos contra el patrimonio histórico, ocho en la provincia de A Coruña, otros ocho en Pontevedra y cuatro en Lugo. Un balance que supone una ligera disminución respecto al año anterior, con 25 procedimientos incoados en Galicia –13 en A Coruña y 12 en Pontevedra–.

En cuanto a las denuncias presentadas por daños al patrimonio histórico cultural, el año pasado fueron presentadas 324 –más de la mitad en la provincia de A Coruña (139)– frente a las 349 de 2008, lo que supone un descenso de los expedientes judiciales abiertos por daños en el Camino de Santiago, a iglesias o monasterios, cruceiros y hórreos, castros y mámoas en un 7%.

La Xunta ya se ha puesto a trabajar en la futura ley gallega de patrimonio cultural. El conselleiro de Cultura, Roberto Varela, anunció ayer la firme intención de reformar la Lei do Patrimonio Cultural de 1995, una herramienta fundamental para conseguir, según dijo, la "protección integral" del patrimonio y de adecuar las normativas a "las necesidades de los nuevos tiempos".

Una de las posibilidades que estudian los técnicos de Cultura es la integración de la nueva norma en la Lei do Camiño, del año 96, en la que se recogerá un nuevo régimen sancionador para las infracciones contra los bienes culturales. Otras de las líneas de trabajo que tienen sobre la mesa, según apuntaron desde el departamento que dirige Roberto Varela, es la delimitación de las competencias entre las distintas administraciones así como el establecimiento de los cauces de colaboración, además de la mejora en la integración de la normativa del patrimonio cultural con la legislación en materia de urbanismo y ordenación del territorio.