Inspección educativa castigó a casi 60 profesores por faltas graves o muy graves en su trabajo diario en los tres últimos años. La mayoría de los maestros expedientados por su conducta en los centros educativos fueron apartados de la docencia por un periodo variable, entre quince días y un año, con suspensión de empleo y sueldo. En algunos casos, el conflicto creado por el propio profesor se resolvió con su traslado a otro colegio.

La Administración educativa no sólo expedienta a los alumnos que se portan mal en clase, insultan o ofenden a sus compañeros. También los profesores precisan en algunas ocasiones una reprimenda y una llamada al orden que puede acabar, y acaba, tal y como explican fuentes de inspección educativa, en suspensión temporal de su salario de funcionario y alejamiento de las aulas. "El porcentaje de los docentes expedientados en Galicia es muy light; muy bajo. Pero hay que tener en cuenta que se presentan muchas denuncias. ¿Qué ocurre? Que para abrir un expediente hay que estar muy seguro; tiene que haber hechos probados, más allá de dimes y diretes. Aunque haya quejas, si no hay pruebas fundadas no se puede abrir expediente", explica el inspector jefe de Pontevedra, Manuel Torres.

Los inspectores de Educación son los encargados de supervisar que los docentes no se excedan ni se queden cortos en su labor de enseñar y también en las relaciones personales en el entorno escolar. En un momento en el que se debate la aprobación de una ley que refuerce la autoridad del profesor para protegerse de situaciones conflictivas con los alumnos en la comunidad gallega, las estadísticas de inspección recuerdan que los docentes también reciben un toque de atención cuando el malestar en el colegio es provocado por su comportamiento.

"Las denuncias han crecido sustancialmente. Yo no sólo lo aplicaría a Educación, es una tendencia social general. La sociedad es más dinámica y más culta; la gente conoce mejor sus derechos y los ejerce. Antes quizás no se atrevían, pero ahora acuden incluso a un abogado y nos llegan reclamaciones muy bien argumentadas. Ocurre en muchos campos, desde la educación hasta el consumo, por ejemplo. Nosotros contestamos todas las demandas, pero no todas implican un expediente, claro", afirma Torres.

¿Cuáles son los incumplimientos más habituales por los que se castiga a profesores? Falta de rendimiento es la primera; desconsideración con los compañeros o con los superiores, la segunda. Desobediencia, incumplimiento del régimen de incompatibilidades, abuso de autoridad y atentado grave a la dignidad de otros funcionarios son otras de las irregularidades, según datos de la Consellería de Educación procedentes de su departamento de inspección.

Las sanciones se contemplan en el Regulamento de Réxime Disciplinario dos Funcionarios de Galicia, decreto 94/1991, modificado parcialmente por el decreto 157/2004. "El expediente disciplinario tiene garantías procesales al cien por ciento", añade Torres.

Cada año, en Galicia, una veintena de profesores son castigados por cometer infracciones. Al terminar el plazo de suspensión de empleo y sueldo se reincorporan a sus puestos.