El volcán islandés Eyjafjalla ha vuelto a la carga. El Gobierno islandés ha alertado de un incremento en la expulsión a la atmósfera de ceniza. La nube llegó a alcanzar en la noche de ayer, según autoridades irlandesas, los 10,5 kilómetros de altura, índice equiparable al de los primeros días de erupción en el mes de abril, cuando se produjo el mayor caos en el espacio aéreo. Un equipo de expertos analizará su combinación química para determinar el nivel de concentración de ceniza, aunque la estimación inicial indica que su densidad es sensiblementemenor a la del mes pasado. Irlanda y Gran Bretaña reabrieron ayer sus espacios aéreos después de dos días de restricciones debido a los efectos de la nueva nube de cenizas que, en la actualidad, tras avanzar rumbo sur, amenaza la fachada atlántica de la Península Ibérica. Portugal empezó a notar ayer la aproximación de la nube de cenizas. La NAV lusa, organismo encargado de controlar el tráfico aéreo en el país vecino similar a AENA en España, informó ayer de que en la región de Santa María se había emitido un aviso a la navegación aérea,con las primeras restricciones en cielo luso. Según publica Jornal de Noticias, las cenizas volcánicas obligaron a varios aviones a desviar su ruta para alcanzar el destino final, sin que se hayan producido,de momento,cancelaciones.