Hace dos años las patrullas de la Fundación Oso Pardo localizaban tres ejemplares de este plantígrado en Os Ancares. Los expertos de la organización tenían esperanzas de que una osa en edad de reproducirse que habían encontrado en la zona leonesa pudiera otorgar algo de esperanza al deseo de que los osos pardos que cruzaban la frontera con Galicia lo hicieran para algo más que pasear.

Después de mucho tiempo sin noticias de este animal que ha sido declarado en vías de extinción, la organización SOS Courel ha informado de que el día del Padre, el 19 de marzo, vecinos de la parroquia de Froxán, en la sierra de O Courel, descubrieron cómo en una pista muy reblandecida por la nieve del invierno algún oso había dejado una prueba indiscutible, y además "abundante", de sus escapadas: sus huellas. Éstas se extendían durante varios kilómetros, por una pista de tierra que comunica las devesas de la sierra, entre los concellos lucenses de Pedrafita de O Cebreiro y O Courel.

SOS Courel afirma que, pese a las abundantes lluvias que se dieron en los últimos días y que podrían haber perjudicado el registro, las huellas son "perfectamente reconocibles", aspecto éste que también confirmó el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero.

También lo atestiguó a Efe el director de la estación científica de la Universidade de Santiago en Seoane de Courel, Javier Guitían, quien aseveró que "no existe ninguna duda" sobre la procedencia de las huellas. La misma argumentación esgrimió Vitorino Regueiro, la persona que logró fotografiar las huellas, aunque ha preferido que no se divulgue en exceso la zona donde fueron localizadas para proteger a los animales. Precisamente hace dos años también, la Fundación Oso Pardo denunciaba que había retirado seis lazos ilegales ese año en la provincia de Lugo.

Mientras tanto, desde la organización SOS Courel sostiene que a medida que aumenta la población de osos en la Cordillera Cantábrica, también se va a ir incrementando su presencia en la sierra de este municipio, donde aseguran que el plantígrado cuenta con "el mejor hábitat de todo el territorio gallego".

Así ocurría al menos hasta hace 14.000 años. Entonces, la zona de O Courel, según han demostrado los hallazgos en cuevas de restos óseos, era un lugar muy apetecible para un antecesor de este plantígrado: el oso cavernario.

No obstante, este hábitat corre ciertos riesgos, según denuncian también los miembros de SOS Courel, quienes auguran que la Xunta "nunca" declarará la sierra como zona de protección del oso pardo. "La Xunta va a seguir destruyendo O Courel de modo criminal como lleva hecho sin interrupción desde que apareció el regalo de los fondos europeos", afirman.