Era el año 1927. Mientras los grandes países europeos trataban de sacudirse el recuerdo de la primera Guerra Mundial y la modernidad de las vanguardias revitalizaba Alemania y Francia, una de las escritoras de referencia del siglo XX atravesaba España camino de Santiago de Compostela. Era su segundo viaje a una ciudad que la cautivó, sobre todo, por su catedral. Edith Wharton escribió que "la impresión del Panteón de los Reyes de León y la catedral de Oviedo palidecía en lo radiante que surge de las esculturas cantantes del pórtico de la Gloria".

Siete años después de publicar su famosa La edad de la inocencia, llevada al cine por Martin Scorsese, Wharton recorría los caminos de una España atrasada en comparación con Inglaterra, Francia o Italia, países en los que se había instalado lejos de sus Estados Unidos natales. Su curiosidad la puso en contacto con el camino y las impresiones que le causó las plasmó en un manuscrito inédito titulado Back to Compostela, que el mes que viene estará en manos de Patricia Fra, profesora de literatura norteamericana de la Universidade de Santiago, para realizar un estudio sobre los viajes de la escritora.

El texto fue localizado en la universidad de Yale, entre el legado de la escritora, aunque una de sus últimas biografías, publicada en 2007, ya se hacía eco de su existencia.

Wharton construyó su vida alrededor del compromiso bien a través de la literatura, bien a través de la acción social, lo que le valió la Legión de Honor francesa por su ayuda con la Cruz Roja durante la Gran Guerra. Además, se adelantó al europeísmo y a la globalización, cruzando en innumerables ocasiones el Atlántico. Fue esta actitud lo que la puso en contacto con el Camino y la que le descubrió una ciudad fascinante. "Compostela no estaba muy lejos de Roma en su poder de atraer otra vez al viajero", escribe en su autobiografía Una mirada atrás.

La escritora, la primera mujer nombrada doctor honoris causa por la universidad de Yale, se convirtió en un símbolo de la lucha por la igualdad de sexos. Fra considera que realizar dos veces el camino revela también ese carácter rebelde. "Imagínatelo en los años veinte", dice sobre la ruta.

Su primer viaje se produjo en 1925 acompañada de dos matrimonios y dos años más tarde, tras la muerte de uno de sus amigos más íntimos, repitió experiencia en compañía de otra amiga. Es el viaje mejor retratado en Back to Compostela. "Quería integrar Santiago en un volumen paralelo a Un viaje en automóvil por Francia", explica Fra, que ha prologado A idade da inocencia, la versión en gallego de su obra más famosa y que fue presentada ayer en Santiago de Compostela.

Del siglo XX retrocedió al XIX a través de los campos de Andalucía en sus viajes anteriores a España, que conoció siendo niña de la mano de sus acomodados padres. Le llamaban la atención el atraso y las horribles carreteras que se encontraba, y veía "exótico" un país tan diferente a Francia e Inglaterra.

Todo cambió, sin embargo, con el camino. La cita que acuñó al llegar a Compostela evidencia su impresión. "¡Aleluya!, ¡júbilo,! la otra noche vino la eternidad cuando llegué a Santiago", reza el manuscrito.

Wharton inició la ruta desde Francia Pasó por Jaca, Huesca, Puente la Reina, Burgos, Frómista... Sin embargo, en León se desvió de la ruta francesa hacia el norte y pasó unos días en Oviedo, ciudad que cita en el manuscrito. Desde allí, partió a Santiago y concluyó su periplo a Galicia en uno de los parajes más simbólicos: Fisterra.