Cualquier parecido del panorama actual del comercio gallego con décadas pasadas es una excepción. Más allá de la crisis y del enorme impacto del freno en el consumo de los hogares, con una caída del 2% en las ventas durante 2009 según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que el sector prevé mucho mayor entre los pequeños establecimientos, la actividad tiene pendientes dos grandes retos de los que depende su supervivencia. Por un lado, la adaptación a la enorme competencia derivada de la eclosión de las grandes superficies. Del otro, a imagen y semejanza de la pirámide poblacional, la elevada edad media de los propios empresarios y las dificultades para lograr el relevo generacional. La Xunta quiere abrir el camino a "un adecuado nivel de equipamiento comercial" para "acomodarlo" a las "exigencias sociales" y vinculará las ayudas por abandono a garantizar el traspaso de los negocios o la incorporación de los locales a una bolsa de comercios vacíos que estará a disposición de nuevos emprendedores.

Es uno de los "objetivos prioritarios" de la Consellería de Economía e Industria, buscar las "estrategias adecuadas" para abordar la problemática del comercio tradicional en Galicia y la "regeneración del tejido empresarial" con el impulso a nuevos comerciantes y nuevas actividades, "así como el incremento en el mercado inmobiliario de la disponibilidad de locales". Muchos de ellos, según destaca el departamento que dirige Javier Guerra, en "centros urbanos" o "núcleos históricos". "Lugares estratégicos desde el punto de vista económico y social para la vida de las ciudades gallegas", señala. Por eso la bolsa de establecimientos es la principal novedad en la reforma que el Gobierno gallego realiza en el Plan Ágora para el sector, bautizado ahora como Re-comercia.

Todos los titulares de negocios que tengan entre 60 y 64 años, lleven más de una década como comerciantes y en alta de autónomos y quieran colgar el cartel de cerrado por jubilación podrán acceder a una paga para incentivar su retiro y favorecer el cambio de manos del establecimiento. Los ingresos de la unidad familiar, eso sí, al margen de los rendimientos de la actividad comercial que deja, no deben superar los 15.000 euros. La subvención, que puede incluso repartirse a medias con el cónyuge en el caso de que figure a efectos legales como corresponsable de la actividad, asciende a unos 10.000 euros al año, que se cobrarán en una única paga cada ejercicio hasta llegar a los 65 años en concepto de las cuotas de la Seguridad Social.

La concesión de la prestación le obliga a comprometerse a ceder la actividad de su establecimiento y de otros posibles negocios similares a través del alquiler, el traspaso, la cesión o la venta. En principio, la orden de ayudas publicada esta misma semana por la Consellería de Economía e Industria en el Diario Oficial de Galicia obliga a que el nuevo titular reabra el negocio en un plazo máximo de seis meses con otra actividad comercial minorista, aunque existe la posibilidad de optar por "cualquier otra actividad económica o profesional que complemente la oferta existente en la zona" previa autorización de la Dirección Xeral de Comercio.

En caso de no tener el relevo pactado, para el registro del local o locales en la bolsa, que también da derecho al cobro de la subvención, el dueño deberá aportar un certificado expedido por un agente de la propiedad que acredite la entrada del inmueble en el mercado de alquiler o compra y publicitarlo durante un año. La cesión será como mínimo de tres años. Si el empresario no es el propietario del local, deberá contar con el permiso del dueño para hacerlo y presentar un documento público que lo demuestre. Las ofertas de espacios disponibles se colgarán en la página web de la Dirección Xeral de Comercio con los datos del tamaño, su ubicación y fotografías.

Hay un límite de edad también para el nuevo responsable del negocio ante una cesión de la actividad. En ningún caso puede superar los 45 años. La orden obliga a que estén constituidos como persona jurídica. Es decir, tener constituida una sociedad en la que el comerciante que abandona el negocio o su mujer no podrán contar, juntos o por separado, con más del 10% del capital.

El plazo para solicitar las ayudas y la cesión de inmuebles está ya abierto. El presupuesto del plan, que se prorrogará hasta 2015, roza los 4 millones de euros, 650.000 euros por cada ejercicio, pero Economía no descarta reforzarlo con otras partidas si fuera necesario.