A la espera de la aprobación del decreto del plurilingüismo que ultima la Xunta, los editores de Galicia advierten de que será "totalmente imposible" elaborar los libros de texto adaptados a la nueva normativa idiomática para el próximo curso.

Mientras el resto de comunidades autónomas ya han puesto en marcha la maquinaria para que el material didáctico esté en las librerías a principios de verano, como sucede cada año, la industria editorial de Galicia es la única que está paralizada, pendiente de conocer qué asignaturas se impartirán en gallego, en castellano e incluso en inglés. La Administración gallega está manteniendo encuentros con el colectivo de editores, según han confirmado ambas partes, para que el decreto definitivo tenga en cuenta "el importante apartado del material didáctico". Se trata de un problema de plazos. ¿Cómo conseguir que los alumnos puedan adquirir los libros de texto en uno u otro idioma si faltan seis meses para el inicio del curso 2010-2011 y todavía se desconoce el contenido final del decreto de lenguas?

"No tenemos tiempo material para lograrlo. En estos momentos no podemos arriesgar porque no sabemos cómo se van a repartir las asignaturas en función de la lengua y qué libros de texto se van a demandar. Hay que esperar a que la Administración tome las decisiones y aclare muchos aspectos que vienen en el borrador que son totalmente irrealizables desde un punto de vista editorial, como que sean los padres los que elijan el idioma de materias, que cada centro imparta las mismas asignaturas en lenguas distintas o que se incluyan materias en inglés", argumenta Alfonso García Sanmartín, presidente de la Asociación Galega de Editores.

El tiempo ideal para elaborar un nuevo libro de texto es de dos años. Si se trata de una adaptación de contenidos o idioma y apurando los plazos por la vía de urgencia "podría acotarse el periodo a seis meses". Según los sindicatos docentes, el decreto debe pasar, antes de su aprobación, por una Mesa Sectorial que todavía no está convocada y por el Consello Escolar. "Una vez consensuado en la mesa de negociación podría procederse a su aprobación, pero dudo que sea antes de abril", explica Xosé Cabido, del sindicato STEG. "Si contásemos con alguna clave quizás podríamos ir haciendo una previsión de las tiradas, pero es que está todo en el aire", añade Alfonso Sanmartín. Para el presidente de la Asociación de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE), José Moyano: "en Galicia los plazos se nos vienen encima y nos da la impresión de que va a ir despacio".

El apartado 8.1 del borrador del decreto del plurilingüismo adelanta una directriz que afecta al sector editorial. "Los libros de texto de las materias impartidas en gallego y en castellano estarán redactados en la lengua en que se imparta la materia. La Administración educativa promoverá la elaboración de materiales en la otra lengua oficial de Galicia y en lengua extranjera".

El sector editorial ya advirtió en las reuniones de enero a la Xunta, que ayer evitó pronunciarse sobre este tema, de la necesidad de concretar objetivos. "Necesitamos tiempo para la preparación de materiales y disponer de un calendario de producción racionalizado. No es lógico que los textos puedan variar cada año en función de la elección de las familias; es insostenible desde un punto de vista editorial. No podemos editar en tres lenguas para cada materia, por lo que parece imposible aplicar la libertad de elección por parte de padres o profesorado, si finalmente recae en cada uno de los centros educativos la responsabilidad de repartir las asignaturas en gallego y castellano", sostiene el portavoz de los editores gallegos, quien añade que si son los centros, contando con la opinión de los padres, los que elegirán finalmente el idioma, el proceso se ralentizará todavía más. "No podemos llegar a septiembre sin saber el idioma de las asignaturas. Tienen que ser las autoridades educativas, a través del decreto, las que marquen la lengua de cada materia. Sólo así podremos trabajar para que los alumnos tengan el material necesario. Lo que está claro es que es imposible editar un libro en un idioma para un grupo de 300 padres. Para que una tirada sea rentable hablamos de 3.000 o 4.000 ejemplares. Si vamos así, los alumnos tendrán que utilizar el próximo curso los mismos libros que en el actual", comenta Sanmartín.

La adaptación de un libro de texto, además de la traducción, requiere un análisis del currículum educativo de Galicia. "Un alumno gallego no puede estudiar Coñecemento do Medio con un libro de Ceuta y Melilla, por ejemplo. Más allá del idioma, los contenidos también se adaptan en cada comunidad. Son muchas cosas", concluye Alfonso García.