Los tres grupos con representación en el arco parlamentario gallego --PP, PSdeG y BNG-- no lograron hoy alcanzar un acuerdo que permitiese reabrir el debate sobre la reforma del Estatuto de Autonomía, extremo que todos ellos incluyen en sus programas electorales por la importancia de ampliar el autogobierno de Galicia y sus competencias.

Así, ante el pleno del Parlamento, el portavoz del PSdeG en la Cámara, Xaquín Fernández Leiceaga, defendió iniciar una "necesaria" reforma estatutaria que equipare a Galicia en "instrumentos" al resto de comunidades. Aunque el viceportavoz popular, Pedro Puy, concordó con la necesidad de modificarla dado que el Gobierno central "niega el traspaso de competencias" y para "mejorar" la relación financiera con el Estado, esgrimió la actual "desconfianza" que existe entre los grupos para rechazar la propuesta por no ver posible un "consenso". Por ello, abogó por esperar al "restablecimiento de la confianza y el respeto mutuo" entre las tres formaciones políticas.

No obstante, Leiceaga justificó la reforma de la carta estatutaria en las diferencias que existen entre la situación actual y la existente en 1981, cuanto se aprobó la anterior. "No estábamos en Europa, no había móviles ni Internet, Galicia era un país emigrante y fundamentalmente dedicado al sector primario", ilustró, para abogar por un cambio que mantenga a la comunidad en "primera división" dentro del actual sistema "federal competitivo".

Además, calculó que el proceso de reforma supondrá "unos dos años", puesto que debe ser aprobado por una mayoría reforzada de la Cámara para ser posteriormente remitido a las Cortes Generales y sometido finalmente a referéndum, por lo que advirtió de que si no se urge su reforma "no dará tiempo" en esta legislatura. A modo de refuerzo de la necesidad de acometer esta modificación, apuntó que éste es el único de los próximos años en que no hay ninguna cita electoral.

Enfrente, Puy Fraga recordó que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comprometió que el Ejecutivo autonómico enviaría al Parlamento una propuesta de reforma, con el fin de recabar el consenso y las aportaciones de los grupos. De todos modos, enfatizó que el Estatuto es "de primera", ya que las autonomías que fueron modificando su carta estatutaria lo hicieron para "aproximarse" al texto gallego.

Punto de encuentro

Por otra parte, al echar la vista atrás hacia el proceso de reforma que se puso en marcha durante el mandato del Gobierno bipartito en la Xunta, el portavoz socialista apostó por "aprovechar" los acuerdos alcanzados entre los tres grupos.

Esta línea fue continuada por su homólogo en el BNG, Carlos Aymerich, quien expresó su deseo de redactar un nuevo Estatuto que recoja "la pluralidad social y política" de la comunidad y que constituya "un punto de encuentro entre los grupos con distintas sensibilidades".

Sin embargo, el representante de la formación frentista reivindicó el carácter de su formación para advertir de que el marco básico de la autonomía deberá explicitar el "reconocimiento nacional" de Galicia y dotar del "mismo estatus jurídico" a ambas lenguas cooficiales.

Finalmente, recordó el proceso iniciado durante la etapa del bipartito para culpar al PP y a su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, por haber "bloqueado" su aprobación; pero extendió la responsabilidad a los socialistas, por sus "dudas e incoherencias".

"La próxima vez, jugaremos con las cartas descubiertas", subrayó, para advertir de que "no se puede pedir más autogobierno para Galicia mientras se presentan mociones en ayuntamientos para que la Ley de Cajas se adapte al informe del Consejo de Estado".

En todo caso, Aymerich anunció el respaldo de su grupo a la apertura de una comisión para la reforma del Estatuto, no sin incidir en que no puede utilizarse como "cortina de humo" para "esconder el sucursalismo que alguien practica".

Negativa del PP

Ante la negativa del PP a apoyar esta proposición no de ley, justificada también en que "no se cumplen" ninguno de los preceptos que socialistas y nacionalistas habían esgrimido tras la paralización del proceso anterior --más presencia del BNG en la Cámara, sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y reforma del texto de Euskadi--, Fernández Leiceaga criticó que dé "prioridad" al "regate corto" y al "interés partidista".

De hecho, reveló que la representación del PP en la ponencia de reforma aseguró que "sólo faltaba la autorización de la superioridad". "Pero la superioridad dijo que no", censuró el socialista, para quien el principal motivo de que no se haya aprobado la modificación del Estatuto es que "implícitamente, Feijóo sólo estaba dispuesto a aceptarla si se rompía el bipartito".

Por todo, Leiceaga rechazó la petición de "lealtad" de Pedro Puy hacia la propuesta de la Xunta. "Hagámoslo desde el Parlamento, para compartir la tarea entre todos y favorecer así el consenso", reclamó, convencido de que "no hay mejor forma de hacer que el proceso fracase" que partiendo desde una propuesta del Ejecutivo.