Las señoras delante, de cháchara, y los maridos detrás, por grupos. "Andan por ahí, desperdigados, pero vinimos todos", contaba Ana Malvido, de San Roque, "la mejor calle de Vigo", en su opinión. Había asistentes de la mejor calle de Vigo, de otras del centro, de todas las parroquias y de varios concellos del área metropolitana. Trabajadores del naval y la automoción, enfermeros, comerciantes, funcionarios, empleados de Caixanova, numerosos pensionistas, asociaciones vecinales y grupos de amigos se sumaron a la movilización. Las opiniones mayoritarias eran sencillas, despolitizadas. Una mujer jubilada, Asunción Lago, lo sintetizaba en una frase: "No queremos que se lleven la caja".

Las Viudas Demócratas, que portaban una gran pancarta, traían socias de Moaña y Cangas. Del club Spol de Porriño, patrocinado por Caixanova y con categorías de todas las edades, llegaron 30; y un grupo de integrantes de las peñas celtistas "Comando Celta" y "Centolos celestes" demostraban tablas en calentar el ambiente. Portaban una gran bandera de Vigo y coreaban el lema: "Caixanova non se vende". Un grupo de niñas se fabricó camisetas artesanales en las que avisaban a boli de que 1.300 empleados de las cajas perderán su puesto. Y delante de la marcha, el grupo "Troula" marcaba el ritmo con una atronadora batucada.