El mapa urbanístico de los ayuntamientos muestra una Galicia en fase de construcción. La Lei do Solo impulsada por el Gobierno de Fraga en 2002 para poner fin al caos urbanístico en la comunidad no ha surtido efecto. Siete años después de la puesta en marcha de la normativa de ordenación del territorio, sólo 128 de los 315 concellos gallegos (el 40,6%) tiene un plan de urbanismo. De ellos, según un informe del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, sólo 41 han logrado adaptarlos a la ley de 2002 y entre ellos, únicamente cinco de la costa –A Pobra do Caramiñal, Laxe, Oleiros, Paderne y Vigo–. Además hay 69 municipios en los que la edificación no cuenta con ningún tipo de reglametno urbanístico.

El conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, echó balones fuera sobre el retraso en la planificación territorial municipal. Según aseguró, esta demora "no está tanto en el número de leyes que ha tenido la comunidad autónoma en los últimos años sino en la propia gestión de los ayuntamientos".

Para la mayoría de concellos, sobre todo para los más pequeños, la ordenación del territorio se ha convertido en una tarea larga, compleja y en ocasiones interminable. Hoy, todavía un 79,36% de los municipios gallegos cuentan con un plan de urbanismo obsoleto aprobado antes del año 2002 –69 de ellos en la provincia de A Coruña, 60 en Lugo, 68 en Ourense y 53 en Pontevedra–, según el informe del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG).

En la actualidad, un total de 233 municipios gallegos están tramitando su reglamento urbanístico –146 se encuentran en estado avanzado de tramitación, frente a los 87 restantes que están todavía en una fase incipiente–. Otros 13 tienen su plan de ordenación municipal suspendido o anulado y los 69 restantes carecen de reglamento alguno.

Hasta un total de 30 ayuntamientos llevan rigiéndose desde hace más de 20 años por la misma norma urbanística. De esta treintena de concellos, los que tienen la normativa más obsoleta son los de Dodro y Outes, en A Coruña, y Meira y Ribadeo, en Lugo, con normas subsidiarias que datan de 1977. La provincia de Pontevedra cuenta con un total de cinco concellos –A Estrada, Marín, Redondela, Silleda y Vilaboa– con normativas obsoletas y en muchos casos subsidiarias que no cumplen con la función de un auténtico plan general y que tampoco están adaptadas a la Lei de Ordenación Urbanística. En esta misma situación se encuentran otros siete concellos de A Coruña –Ares, Dodro, Mañón, Outes, Aranga, Rianxo y Santiso–, otros 14 municipios de Lugo –Meira, Mondoñedo, Ribadeo, Chantada, Fonsagrada, Foz, Guitiriz, Láncara, Monforte, Ourol, A Pontenova, Portomarín, O Saviñao y Vilalba– y cuatro de Ourense –Castrelo, Maside, Parada de Sil y Petín–.

El panorama se presenta aún más complicado para 69 ayuntamientos que no disponen de planeamiento urbanístico alguno: seis en A Coruña (Abegondo, Monfero, Frades, Dumbría, Muros y Touro), 22 en Lugo, 35 en Ourense y cuatro en Pontevedra (Portas, Cerdedo, Gondomar y Dozón).