La Consellería de Educación agotará al límite los plazos que se impuso para presentar el borrador de decreto que regula la lengua en la enseñanza ya que el texto no se dará a conocer hasta la próxima semana. Si se opta por informar previamente al Consello de la Xunta, el texto no se hará público hasta el 30 de diciembre por la tarde, víspera de Fin de Año, que además está pegado a un festivo y al fin de semana. Sin embargo, el presidente del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, ya avanzó ayer en el pleno del Parlamento que la nueva normativa "preservará los derechos lingüísticos de alumnos y padres en todos los primeros ciclos, fundamentalmente en Educación Infantil", lo que supone que dejará a las familias elegir el idioma en el que estudien sus hijos en la enseñanza de 0 a 6 años.

La diferencia con el decreto lingüístico aprobado por el bipartito es que en esta norma, aún vigente, se establece que en Infantil se debe usar la lengua materna de los alumnos, pero introduce una cláusula de salvaguarda para que el gallego no quede en minoría: "en contornos catellano-hablantes la utilización de la lengua gallega será, como mínimo, igual a la del castellano".

Este decreto, sin embargo, quedará derogado cuando a partir del próximo curso se empiece a aplicar la nueva normativa que está redactando la Xunta. La nueva fórmula que baraja Educación consiste en que se imparta un tercio de las materias en gallego, otro en castellano y otro en inglés, con la posibilidad de que el cupo que se reserva para el idioma extranjero pueda darse en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Galicia a elección del centro. Esta regla tendría como excepción la etapa de Infantil, donde Feijóo mantiene su compromiso de respetar la libertad de elección de los padres.

Tres ejes

El presidente de la Xunta aclaró que el borrador de decreto, que será consultado con la Real Academia de Galicia y el Consello da Cultura, se fundamentará en tres principios: "libertad, respeto a los derechos lingüísticos de padres y alumnos y multilingüísmo".

Aunque su objetivo es recuperar el "mayor consenso posible" en torno a la lengua, la inminente presentación del decreto ha encendido las luces rojas en la oposición. El nacionalista Carlos Aymerich criticó a la Xunta por confundir "cordialidad lingüística por desprecio" al gallego.

El presidente de la Xunta instó a los nacionalistas a "moderarse" y les advirtió que Galicia "no le tiene que pedir permiso al BNG para hablar gallego". En su opinión, si buscan consenso lingüístico lo primero que debe hacer el Bloque es "cumplir el Plan de Normalización Lingüística y rechazar la denominación de Galiza".

Citando el dicho de "la letra con sangre entra", Feijóo aseguró no estar de acuerdo y advirtió que el gallego "con la imposición tampoco entra".

La Xunta está tendiendo ya puentes a la oposición para concertar el nuevo decreto que se presentará "en los próximos días". El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, hizo un llamamiento a PSOE y BNG para que "cada uno ponga algo de su parte" para recuperar el consenso lingüístico. "Todos tenemos que ceder y acercar posturas", instó. Así, ofreció al PSdeG un pacto lingüístico similar al que las dos "fuerzas mayoritarias" alcanzaron en el País Vasco, al tiempo que recomendó a las "minorías" que "acompañen" al Gobierno gallego y "respeten" sus decisiones.

Sin embargo, las posturas de socialistas y nacionalistas fueron contundentes. El parlamentario del PSdeG-PSOE Francisco Cerviño denunció que el "desprecio y la ignorancia" de Feijóo hacia la lengua pueden provocar "un verdadero lengüicidio".