El Gobierno bipartito lo presentó en su día como "la llave de la revolución del rural". Pero el modelo de gestión forestal impulsado por el BNG, y basado en la agrupación de parcelas de monte para explotarlas colectivamente, no le gusta a la Xunta de Núñez Feijóo, que ya está diseñando una nueva fórmula para ordenar los montes gallegos.

El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, y el director xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto, reconocen que las fórmulas del anterior Ejecutivo autonómico "no son las ideales" para potenciar el sector forestal en Galicia. En concreto, las críticas de la nueva Administración se dirigen a las Unidades de Xestión Forestal (Uxfor), presentadas hace dos años por los nacionalistas como la figura estrella de su plan para reordenar el monte gallego.

Las Uxfor son asociaciones de propietarios de monte que deciden agrupar sus terrenos para gestionarlos de forma conjunta, es decir, plantarlos, cortarlos, limpiarlos y hacerles los accesos y los cortafuegos con una única planificación, como si se tratase de un único monte pero manteniendo la titularidad privada de cada parcela. En los dos últimos años se constituyeron o empezaron a tramitarse casi 70 Uxfor en toda Galicia. En la mayoría de los casos son uniones de, al menos, 20 propietarios que, al agrupar sus terrenos, juntan una extensión de 100 hectáreas de media (aunque en algunos casos como O Candán, en Pontevedra, la Uxfor abarca más de 500 hectáreas).

Pese a reconocer la importancia de planificar el monte a gran escala, desde la Consellería de Medio Rural rechazan el modelo de las Uxfor, al considerarlo "demasiado intervencionista y burocrático". "Coincidimos en la filosofía de fondo, es decir, en la necesidad de superar el minifundismo forestal, ordenar el monte y hacerlo rentable. pero la fórmula que diseñó el bipartito es demasiado intervencionista y burocrática", dicen desde el departamento de Juárez.

Es que con el anterior Ejecutivo, técnicos de la Xunta supervisaban y validaban todo el proceso, desde que los propietarios deciden formar parte de la Uxfor hasta el diseño del plan forestal (el estudio que determina dónde se debe plantar coníferas, dónde hay que abrir pistas o caminos, cuándo se debe cortar la madera o cómo aprovechar los sotos para la explotación de la castaña o de la seta, por ejemplo), así como las obras y las tareas de limpieza. Además, el Gobierno bipartito subvencionó casi la totalidad de estos trabajos, con el objetivo de que las primeras Uxfor saliesen adelante cuanto antes para que funcionasen como un ejemplo para el resto de propietarios, lo que dificultó todavía más la tramitación de las ayudas. En resumen, demasiados trámites, papeles y autorizaciones para la nueva Administración autonómica, que prefiere un modelo "más operativo y respetuoso con la autonomía de los propietarios".