"La decisión es de las cajas. Habrá un pronunciamiento del Banco de España, una vez que las cajas tomen una decisión y la Xunta la autorice", explicaban ayer desde el organismo regulador bancario, en pleno debate en Galicia sobre el futuro de las cajas gallegas, y un día después de que este diario publicase la intención del Gobierno autonómico de que su propuesta para las entidades financieras gallegas reciba antes el aval de la entidad presidida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Mientras aquí las miradas y expectativas están puestas en el posicionamiento que va a adoptar la Xunta, el Banco de España, que mantiene conversaciones con el equipo de Feijóo, recuerda que son las cajas las primeras que deben mover ficha. Si ellas no quieren fusionarse o aliarse a través de una SIP (Sistema Institucional de Protección interregional que permite a las cajas conservar su naturaleza jurídica), ni el Gobierno autonómico ni el organismo regulador bancario pueden imponer su criterio, a no ser que éste último advierta de que su situación económica es de riesgo y entonces oblige a una fusión.

El caso vasco

Fuentes económicas recuerdan lo que sucedió en el País Vasco, donde la fusión de las cajas de Vizcaya (BBK) y Guipúzcoa (Kutxa), que habían lanzado sus presidentes y el PNV como alternativa a la paralización temporal de la operación original que incluía a la Caja Vital de Álava, encalló en la asamblea de Kutxa por cuatro votos.

El consejo de administración y la asamblea general de las cajas de ahorro marcan el futuro de las entidades, y luego deben recibir el visto bueno de la Administración autonómica y del Banco de España.

¿Y qué quieren Caixanova y Caixa Galicia en este nuevo escenario? Cosas diferentes. El presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, ya se ha posicionado claramente al aseverar de que "Galicia está mejor servida si tiene dos grandes cajas". Gayoso está en contra de la fusión en aras de la competitividad.

El director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, en cambio guarda silencio, pero fuentes próximas sostienen que persigue la fusión con Caixanova.

Caixa Galicia advierte de que el mercado financiero español se está reordenando y "tiende a la concentración", y ella "no quiere perder el tren", pero explica que está "quieta" porque así se lo ha pedido la Xunta, mientras decide qué es mejor.

El Banco de España remarca que cuando se le presente un proyecto de fusión o de SIP encima de la mesa examinará su solvencia y solidez, atendiendo a criterios económicos. Entre tanto, el Gobierno de Núñez Feijóo prosigue sus conversaciones con el organismo regulador bancario para conocer la situación real de las cajas gallegas y las alternativas que se abren para Caixa Galicia y Caixanova en el escenario de cambios abierto a nivel estatal.