El Gobierno de Núñez Feijóo trabaja intensamente en la toma de decisión sobre el futuro de las cajas gallegas, y continuará trabajando. La Xunta “sigue en conversaciones con el Banco de España” para recabar información sobre la situación real de las cajas de la comunidad, pero también del escenario financiero que se dibuja en España con los últimos movimientos en Cataluña, Andalucía y Castilla y León. Los contactos con el organismo regulador bancario son claves, pues el Ejecutivo de Feijóo no sólo busca su parecer, también pretende que su decisión final para Caixanova y Caixa Galicia cuente con el aval de Miguel Ángel Fernández Ordóñez. El Banco de España, en sus conversaciones con los representantes del Gobierno gallego, lanza orientaciones, pero hasta el momento no ha concretado su postura con respecto a Caixanova y Caixa Galicia, según ha podido saber este diario.

La Xunta quiere el respaldo del organismo regulador bancario, pero también busca más opiniones. Así ha encargado a asesorías externas informes que le puedan ayudar en la resolución final. El equipo de Feijóo quiere conocer el marco en que las cajas gallegas se juegan su superviviencia, un marco voluble y en constante cambio, donde cada semana se producen avances, que obligan a reorientar posiciones. En la actualidad, se especula con una fusión en Extremadura, un acercamiento entre Caja del Mediterráneo y Caja Murcia y se negocia una SIP entre Cajacanarias y Caja Navarra, además está por resolver el futuro de Caja Castilla-La Mancha, intervenidad por el Banco de España.

“Antes de finales de año”

La Xunta prosigue con sus gestiones para buscar la mejor solución para Galicia y mantiene el plazo de tomar una decisión “antes de finales de año”, insistían ayer desde el Gobierno gallego. Es decir, la solución no es ni mucho menos inminente, pues “el diálogo no está cerrado” con el Banco de España y hay informes que analizar en profundidad, explicaban fuentes de la Xunta.

El equipo de Feijóo tiene claro que hay que preservar la galleguidad de las cajas, por lo que se niega a fusiones con entidades de fuera. También está convencido de que las dos cajas “necesitan una inyección económica”, por lo que se impondría acudir al FROB, el Fondo de Reestructuración Bancaria ideado por el Gobierno de Zapatero y dotado con 36.000 millones de euros en préstamos para ayudar a las entidades financieras a salir de la crisis.

Las dos cajas gallegas “necesitan reforzarse”, confirman desde el Ejecutivo autonómico, y una opción es la fusión de las dos, y la otra, una vez que se ha descartado la fusión con entidades de otras autonomías, es el Sistema Institucional de Protección interregional (SIP). El SIP es un contrato en el que dos sociedades respetan su marca, sus consejos, sus territorios, pero complementan la línea de negocio y asumen conjuntamente la cobertura de los riesgos.

La alternativa a la fusión (SIP) es objeto de estudio en la Xunta, pero suscita interrogantes que todavía no han sido resueltos, pues hasta ahora no se ha producido ninguna alianza así en el marco del FROB. Caja Navarra y Cajacanarias están dispuestas a ensayar esta vía, pero sin acudir a la ayuda económica de este Fondo, por lo que su antecedente no ayudaría al Gabinete de Feijóo a tomar una decisión.

El presidente de la Xunta fue interpelado ayer por los periodistas en A Coruña, y se limitó a pedir que se “extreme” el “rigor, la prudencia y la responsabilidad” en una cuestión tan importante para Galicia, como el futuro de sus cajas. Además reconoció las conversaciones con el Banco de España y se reafirmó en que el plazo para tomar una decisión es “antes de finales de año” y entonces se la comunicará a los Grupos parlamentarios de PP, PSdeG y BNG.

También fue preguntado el presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, quien se limitó a declarar: “Hay que esperar”. Desde Caixa Galicia, el mensaje ayer era “no hay novedades”. Y los sindicatos advertían de la “intranquilidad” de las plantillas ante la incertidumbre, y apostaban porque la Xunta no se posicionará hasta diciembre.

El futuro de Caixanova y Caixa Galicia también preocupa a la oposición. El BNG ya se ha decantado por la fusión, y en el PSdeG se ha abierto un debate sobre la posición a mantener en un tema trascendental para la economía gallega. Su líder, Manuel Vázquez, apuesta por el momento por la discreción, después de que así se lo pidiera la vicepresidenta económica del Gobierno de España, Elena Salgado. En su partido, hay quienes defienden la fusión, especialmente en A Coruña, y quienes prefieren que Caixanova y CaixaGalicia continúen sendas diferentes, sobre todo en Pontevedra.

La ex conselleira María José Caride pide a la dirección de su partido que “fije postura”, pero rehúsa desvelar la suya, y asevera que “conversaciones de café” no pueden ser interpretadas como una opinión firme en un debate tan crucial.