Por delante ponen los empresarios vigueses que su defensa de los intereses de las compañías ubicadas en la comunidad y, "como no podía ser de otro modo", de las dos cajas de ahorros, está "fuera de toda duda". Una premisa sobre la que asientan su opinión ante una hipotética fusión de ambas entidades financieras. Es el primer pronunciamiento en Galicia, sin paños calientes, de una parte del sector civil ante el debate de la reorganización del sector. Claro y rotundo. Con el evidente escenario de crisis, el Círculo de Empresarios de Galicia- Club Financiero de Vigo sólo ve consecuencias negativas si Caixanova y Caixa Galicia se unen en una sola caja, especialmente por la "debacle" en el empleo y para el apoyo a la competitividad y el tejido productivo. La asociación que reúne a 300 de las empresas más importantes del sur gallego apuestan por que ambas sigan en solitario o que busquen mejorar la gestión y la solvencia a través de acuerdos, de alianzas puntuales, con entidades de otras regiones.

Desde el Círculo de Empresarios recuerdan el largo proceso de integraciones que ya vivió la comunidad –con once cajas hace 30 años– hasta el actual "mapa consolidado" de dos entidades de ahorros y una rural, con mucha presencia en el resto del Estado e, incluso, oficinas abiertas en países europeos y latinoamericanos. "Parece evidente –señalan– que el panorama actual de las cajas gallegas resulta sensiblemente diferente al que predomina en otras comunidades". Que lo que está ocurriendo en otros mercados, con los procesos abiertos de fusión, es, precisamente, "la recuperación de una parte del retraso" en comparación con Galicia.

En todo caso, ¿es un buen momento para planteárselo? El Club Financiero dice que no, que son "procesos tan complejos" que demandan "tiempos de bonanza" para asegurarse "un marco propicio de desarrollo económico y estabilidad social". Y no es el caso. Porque la "profunda crisis" exige a todo el sector financiero "un esfuerzo adicional" para superar la morosidad, ganar en liquidez y solvencia y "servir eficazmente" a las necesidades de los clientes, "como las dos lo han hecho hasta ahora". En caso de fusión, según el Club Financiero, los directivos de Caixanova y Caixa Galicia tendrían que dedicar "sus mejores recursos y su mayor dedicación" al proceso durante un tiempo "probablemente dilatado" y "en detrimento" de la mejora de su competitividad. La organización hace suyas las reticencias de la patronal del sector a "las dificultades" que las fusiones intrarregionales entrañan, "de digestión excesivamente lenta o abocados al fracaso" porque lo que debe primar son los criterios empresariales.

En la reunión que la junta directiva celebró ayer, y a la que, evidentemente, no acudió el representante de Caixanova, el Círculo de Empresarios admite que posiblemente las dos cajas tengan que "reforzar su posición" en algunos indicadores básicos de gestión, aunque apuestan por esperar "una coyuntura más favorable" para plantearse cualquier otra cosa que no sean pactos con entidades foráneas que respeten "la territorialidad, singularidades sociales, marca y representatividad de sus actuales órganos de gobierno".

Sin dar números, desde lo que los empresarios llaman "un punto de vista conceptual", el listado de "efectos no deseados" en caso de una fusión entre las dos cajas es largo. Muy largo. En primer lugar, el "oneroso coste social" por el cierre "de un importante número de oficinas" ante la fuerte presencia de ambas en la comunidad y la alta duplicidad de sus redes. Un "gran impacto" de destrucción de empleo cuando las las cifras del paro ya están en niveles históricos.

Y en segundo, la repercusión para la economía. Los empresarios alertan de que a la caja resultante no le quedaría otro remedio que reducir su apoyo crediticio para no tener su política de préstamos demasiado concentrada, "lo que podría poner en peligro la viabilidad" de algunos sectores y empresas. En esa misma línea, la diversificación del riesgo, el freno a la actividad acumulada en Galicia y, por lo tanto, el más que probable "recorte de la capacidad de financiación" del tejido productivo de la comunidad. El Club Financiero mantiene que las dos entidades se han compensado hasta ahora llegando una a donde no llegaba la otra. "De hecho, y a la vista del capítulo de inversiones en proyectos y sectores relevantes –mantienen–, el devenir reciente de la economía gallega está plagado de ejemplos". El capítulo de damnificados se cierra con "buena parte" de proveedores de suministros y servicios externos. Todos los gastos derivados de la integración y la obligación de reforzar la solvencia hacen temer, además, los fondos dedicados a la Obra Social, "un nuevo factor de perjuicio para la sociedad gallega" .

¿Y el camino de la fusión? Más allá del aspecto funcional, el Club Financiero llama la atención del "choque cultural", con "repartos de conveniencia" en cuanto a las sedes, lo que "abundaría" en la desintegración organizativa. Los centros de decisión se alejarían de sus entornos originales y "sería inevitable" que la nueva entidad se despojase del "importante grado de arraigo, proximidad y receptividad" hacia los agentes y "las sensibilidades e intereses específicos" de sus áreas. Hay riesgo, aseguran los empresarios, "de una fractura del equilibrio económico, social y financiero de Galicia" por el fin de la competencia y, a la vez, la cooperación de los dos grandes polos de desarrollo de la comunidad autónoma. Por eso también los empresarios de Vigo exigen que se evite "al máximo" la injerencia política.