Miles de conductores se quedaron el 2 de diciembre del año pasado atrapados en la AP-9 tras dos choques múltiples que se produjeron a primera hora de la mañana en las inmediaciones de Ordes por culpa del hielo que en esos momentos cubría la calzada. Los afectados, que soportaron colas kilométricas, se quejaron de que la empresa no había alertado de la existencia de placas en la carretera y acusaron a la concesionaria de la AP-9 de no haber echado la sal necesaria para garantizar que el firme no resbalase al circular.

Audasa tuvo que defenderse ayer de estas protestas en el juicio que se celebró en el Juzgado de Primera Instancia número 8 de A Coruña tras la demanda interpuesta por la asociación de usuarios Ausbanc, quien reclama que la empresa indemnice con 500 euros por daños morales a cada uno de los conductores afectados, unos 3.000, según las estimaciones realizadas por la Guardia Civil el día de los hechos.

El abogado de la empresa concesionaria de la AP-9 rechazó cualquier tipo de responsabilidad por parte del personal de la sociedad y sostuvo que "la carretera se congeló de repente" debido a una "brusca y repentina bajada de las temperaturas". Según la defensa, un vehículo de la demanda comprobó a las cinco y media de la madrugada que la carretera estaba en buen estado, lo que no evitó que decenas de conductores perdiesen dos horas más tarde el control de sus vehículos al encontrarse con placas de hielo en la calzada que resbalaban tanto que apenas se podía caminar por la vía, según consta en el atestado de la Guardia Civil de Tráfico.

El informe elaborado por los agentes que acudieron al lugar de los siniestros para regular el tráfico sostiene que el accidente se produjo por "la falta de un tratamiento adecuado" ante las bajas temperaturas y exculpa a los conductores. Para los funcionarios de Tráfico, ninguna maniobra evasiva hubiese evitado las colisiones, pues los conductores eran incapaces de controlar los vehículos sobre las placas de hielo. Indican, además, que si circulasen a una velocidad excesiva, las consecuencias de los impactos hubiesen sido mucho más graves. Los choques se saldaron con dos heridas graves y unos 17 leves, además de daños en cerca de cincuenta vehículos que se vieron implicados en los accidentes. La opinión de la empresa sobre la actuación de los conductores es distinta. Si bien Audasa entiende que la principal causa de los siniestros fue la rápida e inesperada formación de placas de hielo que hicieron perder a los conductores el control de sus vehículos, su abogado entiende que los afectados actuaron "con falta de diligencias" por no haberse informado antes de salir de sus casas del estado de las carreteras y por circular a demasiada velocidad. Para el letrado, aunque los afectados circulasen por debajo de los 120 kilómetros /hora, su velocidad era excesiva si se tienen en cuenta "las circunstancias adversas", una conclusión que se contradice con la expresada por la Guardia Civil de Tráfico.

La primera persona que ayer declaró en la vista oral fue uno de los conductores encargados de esparcir sal por la calzada. Este trabajador aseguró que había echado productos para evitar la formación de hielo durante todo el día en el tramo que une Ordes con A Coruña en ambas direcciones y puntualizó que también en el punto donde se produjo el primer siniestro. Explicó que se encontraba en el peaje de Ordes cuando le informaron del primer choque en cadena y que la noticia le sorprendió, pues había pasado por la zona "hacía poco tiempo" y el firme se encontraba en buen estado.

El director de conservación y mantenimiento de la AP-9 en diciembre del año pasado mantuvo la teoría de la rápida formación de láminas de hielo. Recordó que para ese día Meteogalicia había rebajado la alerta por nieve a la mínima categoría, por lo que no se esperaban temperaturas tan bajas como los días anteriores, ya que, según las predicciones, era el último día de temporal. A pesar de los pronósticos, aclaró que se hizo en la vía el mismo mantenimiento que los días anteriores para evitar la formación de placas de hielo o la acumulación de nieve.

Según la defensa, Audasa recibió antes del primer accidente información en la que se alertaba de la existencia de plazas de hielo en la carretera, una afirmación que el letrado de la empresa negó, igual que el jefe del área norte de mantenimiento cuando se produjeron las colisiones múltiples.