Aunque las biblias utilizadas siguen siendo de papel y no parece que sea una moda sujeta al cambio, el mundo digital no pone los pelos de punta al Arcebispado de Santiago. De hecho, hace dos años demostró, como afirmaba entonces Juan José Cebrián, que la Iglesia estaba "al loro de las tecnologías" al comenzar a subir vídeos a su web, aunque sin intenciones de competir con youtube. El año que viene la Iglesia compostelana se verá obligada a dar un paso más y controlará los accesos a la catedral mediante un sistema informatizado.

Así lo avanzó ayer el alcalde de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo, que confirmó que el aforo del templo estará limitado a 1.200 personas por una cuestión de seguridad, siguiendo las recomendaciones de un estudio elaborado por la Universidade de Santiago y encargado por el gobierno bipartito. No obstante, ahora el interrogante es cómo se controla ese acceso, y no sólo porque la gente se pueda colar, sino, y sobre todo, cómo se lleva la contabilidad de los visitantes. Y no sólo de los que entran, sino también de los que salen, para gestionar con precisión el aforo. El dispositivo de seguridad prevé que se pueda recurrir a "alguna alternativa" para aumentar la capacidad del templo, como podría ser la habilitación del claustro.

Bugallo avanzó que en la basílica se instalará un sistema informatizado de control del número de visitantes que, "seguramente", se efectuará mediante la conexión con cable. "Estuvimos estudiando por radio, pero el problema que tiene es que con los inhibidores de frecuencias puede tener muchísimos fallos", apuntó. En todo caso, las soluciones, "de mano del Cabildo", están ya "bien encaminadas".

Así, pues los visitantes tendrán que mirar bien por dónde pisan, a pesar de que, como explicó el regidor compostelano, el cableado será "delgadito" y "podrá ir por el suelo". No lo mencionó, pero el problema es que cualquier otra actuación en la Iglesia, que pudiera implicar alguna obra, tendría que ser autorizada por la Dirección Xeral de Patrimonio.

Aunque es difícil estimar exactamente cuántos visitantes recibirá Compostela durante el Año Santo y cuántos de ellos querrán asistir a una celebración religiosa en la catedral, las autoridades trabajan con el presupuesto de que serán muchas. Por eso el otro día el alcalde de Santiago anunciaba ya la disposición del concello a "compartir" espacios públicos emblemáticos de la ciudad, como la plaza de A Quintana, con la Iglesia, de modo que un mayor número de personas pudiera asistir a las liturgias, que se celebrarían en "paralelo" a las del interior del templo. Ayer, Bugallo dio un paso más y reconoció que tal vez sea preciso recurrir también, en ocasiones "especiales", a la plaza por antonomasia de la capital gallega: O Obradoiro, hasta tres veces. La Iglesia también trabaja ya con previsiones elevadas de visitantes y ha decidido incrementar hasta el cinco el número de misas del peregrino diarias.

Por lo demás, el alcalde confirmó que "todas las líneas maestras en materia de tráfico, de seguridad y de organización" del Xacobeo "están trazadas", aunque que "faltan elementos por perfilar" como la programación, que "inicialmente quedará cerrada este mes". "Están puestos los recursos y los mecanismos necesarios para que las cosas funcionen", concluyó.