Nosotros ya lo dijimos. Ésa es la reacción de los hosteleros gallegos ante la estimación, elaborada por el experto en Turismo Manuel Figuerola, de que existen alrededor de cuatrocientas mil camas en casas privadas que compiten con los alojamientos oficiales en muchos casos en condiciones de "al menos, alegalidad". A al presidente de la Confederación de Hostelería de Galicia, Juan Silva, no le "sorprenden" unas cifras que suponen más de seis veces la capacidad "oficial" del propio sector, pero eso no quiere decir que le gustan. "Lo venimos denunciando desde hace años", afirma.

Al mismo tiempo, también han reclamado al Gobierno autonómico más controles y más rigor. "Hacen falta más inspecciones", incide, "pero más inspecciones en un momento puntual, porque en agosto hay muchas personas de vacaciones y una vez que pasa la época de ocupación alta es difícil de detectarlo". En todo caso, los hosteleros reclaman a la Administración gallega que se apliquen sobre estos alojamientos los mismos controles que tienen que pasar los establecimientos que están dentro del circuito hotelero.

"Es que incluso nosotros, los que tenemos licencia, somos más inspeccionados, a pesar de que ya nos tienen controlados", argumenta. "A nosotros nos ponen sanciones como mínimo de 600 euros", alega, para recalcar lo irónico que resulta que a "una actividad ilegal no se la pueda sancionar por hache o por ce".

Para el presidente de los hosteleros gallegos, no se trata sólo de una cuestión de competencia económica, sino que también incide en la imagen que se quiere transmitir al turismo de la comunidad gallega. El número de establecimientos estimados por Figuerola "es una cantidad importante" que "incide en la actividad económica de aquellos que pagan impuestos", pero también "en la imagen turística internacional de Galicia", puntualiza Silva, y pone como ejemplo la impresión que puede dejar ante un turista que una señora le ofrezca una habitación en la plaza do Obradoiro.

"Cuáles son ilegales y cuáles no, es lo que la Xunta debe determinar, pero sí que es cierto que hay una cantidad desmesurada de camas en cualquiera de las ciudades de Galicia".

También dentro del propio sector. En las cifras citadas por Figuerola se criticaba el exceso de plazas en la hostelería convencional. Silva reconoció que "eso de que las plazas de hotel son demasiadas ya lo hemos denunciado nosotros desde hace muchos años. Ahora de aquellos barros vienen estos lodos", explicó.

La Secretaría Xeral de Turismo, preguntada ayer sobre si la Xunta tomará alguna medida para incrementar las inspecciones a los alojamientos fuera del circuito oficial de hostelería, se limitó a indicar que las cifras proporcionadas por el ex director de la Escuela General de Turismo "son estimaciones, no oficiales" y destacan que son datos "de la economía sumergida".

El sector avisa de que puede ser demasiado tarde para una buena planificación del Xacobeo

Los hosteleros gallegos admiten que "esperanza" sí tienen en que los asuntos económicos vinculados al turismo mejoren con el Xacobeo, pero advierten: "Como no espabilemos nos va a pasar el tren y no lo vamos a ver". Así se refiere Juan Silva a que, "en anteriores ocasiones, se trabaja en la preparación del Xacobeo con año y medio de antelación, lo que no ha ocurrido este año por culpa de la precampaña y luego del cambio de Gobierno".

"Mientras, el turismo se va posicionando según va viendo las ofertas en el mercado. Y si Galicia no está en él por esas circunstancias, la gente programa sus vacaciones allí donde les parece un sitio importante para ir", argumenta Silva.

"En algunas reuniones que he mantenido en Madrid mucha gente me ha preguntado qué ocurre con Galicia este año que no aparece por ningún lado", apostilla.

Para Silva, a la situación de crisis, que afecta "seriamente" al sector, se une esta falta de preparación. "Galicia ha estado fuera de la promoción turística durante ocho meses y ahora además se necesita un tiempo de adaptación para las nuevas autoridades, mientras que en el resto de los destinos turísticos estuvieron trabajando permanentemente", explica. "Y si a eso le añadimos, además de la coyuntura económica, la climatología, tenemos los resultados que tenemos", concluye.