La reforma del Código Penal en materia de tráfico supuso toda una revolución. En diciembre de 2007 se dictaban las primeras condenas contra conductores que circulaban a gran velocidad o en estado ebrio. Unos meses después, las penas de cárcel comenzaron también a aplicarse a pilotos que se ponían al volante de un vehículo aún careciendo de carné. Pero pese a la dureza de estos castigos, la siniestralidad en la carretera sigue siendo noticia permanentemente, motivo por el cual la Fiscalía viguesa se ha propuesto exprimir al máximo la actual legislación para acabar con las muertes y las imprudencias sobre el asfalto. Y parece que los jueces también se han implicado a fondo y están dando la razón al ministerio público, porque en Vigo ya se han dictado sentencias que imponen novedosas sanciones: los magistrados han acordado al menos en un caso el decomiso del vehículo a un conductor “multirreincidente” y han condenado a propietarios de turismos que dejaron su coche a pilotos que carecían de carné o lo tenían retirado.

Estas dos medidas se vienen aplicando desde hace cuatro meses. La Fiscalía propone la confiscación del vehículo en caso de delitos extremadamente graves o de conductores multirreincidentes en los que las demás medidas correctoras no causan ningún efecto. Y en al menos un caso, según confirma el fiscal Carlos Gil, los jueces vigueses han apoyado la petición realizada por el ministerio público. “Igual que en otros procedimientos se pide el comiso de un arma, en estos casos se solicita el del vehículo al considerarse instrumento del delito”, explica este profesional. Los coches, una vez decomisados, pasan a ser propiedad del Estado, que debe venderlos en subasta pública. La Fiscalía ha planteado que el importe de la venta se destine a las víctimas de siniestros o a mejorar la seguridad vial.

Y junto a la confiscación de vehículos, las condenas a dueños de vehículos que se los dejan a personas que no tienen carné -siendo conscientes de ello- es otra de las importantes novedades. Los juzgados vigueses ya han impuesto penas a media decena de propietarios de coches por este motivo, entre ellos una madre que se lo prestó a su hijo y una persona que le dio las llaves del suyo a su pareja sentimental. “Con esta actitud, ellos están colaborando a que se cometa un delito y son condenados como coautores o cooperadores de un delito de conducción sin carné”, explica Carlos Gil.

El Código Penal prevé para el coautor la misma pena que para el autor. En el caso de la conducción sin carné, de tres a seis meses de prisión (o multa) y hasta 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad. “En los juzgados de guardia estamos cansados de ver estos casos: son sobre todo madres que le prestan el coche a su hijo o chicas que se lo dejan a sus novios”, afirma de forma tajante una magistrada, que ve “muy positivo” que se adopten este tipo de medidas para tratar de atajar un problema “tan grave” y que afecta a todos.

“Me cogió las llaves sin permiso”, una socorrida excusa

Un delito difícil de probar. Los jueces se encuentran con grandes dificultades a la hora de demostrar que una persona dejó el vehículo a otra pese a ser consciente de que no tenía carné. La excusa de “me cogió las llaves sin permiso” es la más socorrida en estos casos. Ante esto, es complicado saber si el dueño del coche miente o dice la verdad y los testigos, o no los hay o no aparecen.

En el Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo, por ejemplo, imputaron a una madre y un abuelo, pero la causa se sobreseyó en ambos casos: los dos aseguraron ante la magistrada que su hijo y su nieto, respectivamente, se habían hecho con las llaves sin su consentimiento.

Al menos en el caso del abuelo, la investigación parece haber aclarado que efectivamente no actuó de mala fe. Este hombre, que reside en el norte de Portugal, no dudó en denunciar en la comisaría lusa más cercana que su nieto de 18 años recién cumplidos le había cogido el vehículo y se había marchado con él. El preocupado abuelo relató que el joven, que había ido a visitarlo desde Francia con su novia menor de edad, se enfadó con él porque llamó a los padres de la chica para que se la llevaran. En plena rabieta, el nieto cogió un duplicado de las llaves del coche, que sabía que se guardaban en la cocina, e inició una aventura que terminó en Nigrán al chocar con el turismo contra un muro. El abuelo no fue culpable de su temeraria huida, pero los jueces alertan de que, en casos de reincidencia, no habrá excusa que valga: “Se podría condenar, si la situación se repite, por no tener cuidado de poner las llaves a buen recaudo”