Los vecinos de Salcedo afectados por la franja de seguridad de la Brilat volvieron a echarse ayer al monte para reclamar como suelo de propiedad comunal los terrenos sobre los que la base militar están construyendo una reproducción de una aldea afgana. En anteriores ocasiones los vecinos lograron detener las obras pero ayer la Policía Nacional impidió que los afectados interfiriesen en las mismas, lo que produjo algún momento de tensión que no llegó a mayores. Al grito de “O monte é noso” y “militares fuera”, los manifestantes rodearon unas obras que, reconocen, “ya no hay quien las pare”.

Sobre las diez de la mañana un centenar de vecinos se reúne a las puertas del campo de fútbol en una convocatoria realizada sólo horas antes el día anterior. “Esto es una muestra de que, después de seis meses de lucha, el conflicto va a más,” señala Fernando Pintos”, portavoz de la Plataforma de vecinos afectados.

Tras un pequeño trayecto desde el campo de fútbol se vislumbra sobre una loma la futura aldea afgana y también las siluetas de varios policías nacionales a los que se les ha ordenado que impidan el paso a las obras. En los últimos días la presencia policial es continua.

Ya en el límite de la “aldea afgana” los vecinos observan como los militares se encuentran trabajando. Pintos asegura que lo que pretenden es terminar las obras “cuanto antes” y así consolidar su “toma de posesión” del monte. Los vecinos discutieron con la Policía Nacional sobre su derecho a moverse libremente por el monte y les recriminan que están protegiendo “unas obras ilegales”. Ellos les responden que sólo cumplen órdenes y, después de algún momento de tensión, policías nacionales y vecinos llegaron a un acuerdo para que los manifestantes pudieran continuar con su acto de protesta rodeando el perímetro de la “aldea afgana”.