Poco después de conocer la decisión de Alberto Núñez Feijóo de fusionar las consellerías de Obras Públicas y Medio Ambiente y ponerlas bajo el mando de Agustín Hernández, el BNG no tardó en reaccionar ante lo que considera una “provocación” y una “declaración de intenciones preocupante” por parte del nuevo presidente gallego.

El portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, dejó claro que esa fusión supondrá la “desaparición” de la autonomía de la Administración en la valoración del impacto ambiental de las grandes obras, ya que, según dijo, “Medio Ambiente queda subordinado por completo”. En este sentido, insistió en que, “sabiendo quién va a ser el conselleiro”, la protección medioambiental de Galicia queda en manos “de las grandes empresas”.

Tras cuestionar que Hernandez vaya a defender los intereses generales de Galicia, en alusión al expediente abierto en su contra por incumplir la ley de incompatibilidades, el portavoz nacionalista indicó que “carece de las condiciones mínimas exigibles desde el punto de vista ético a cualquier cargo público”.

El nacionalista prevé que cuando se haga pública la estructura completa del Gobierno se demostrará que la reducción de consellerías ha sido una decisión “puramente cosmética”.