Alberto Núñez Feijóo ya es el presidente de la Xunta. Ayer prometió el cargo y hoy firmará los ceses y los nombramientos del nuevo gobierno que supondrán el adiós definitivo al bipartito. En su discurso de toma de posesión, Feijóo volvió a ofrecer su oferta de diálogo a la oposición para afrontar la crisis y, en esta ocasión, también requirió la cooperación del Gobierno central, traducida en más euros para las arcas autonómicas. “Es imprescindible que todos sepamos arrimar el hombro”, aseguró el titular de la Xunta.

La presencia en el acto del vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, precisamente el encargado de llevar la negociación final sobre el modelo de financiación autonómica, le puso en bandeja de plata a Feijóo la ocasión de trasladarle directamente las reivindicaciones gallegas: más recursos del Estado para poder acercarse a la media española en riqueza económica.

Con Manuel Chaves a su derecha, Feijóo declaró que Galicia necesita más fondos para mejorar la prestación de los servicios públicos, porque a pesar de los “firmes pasos” dados en los últimos quince años hacia la convergencia económica, todavía no se ha alcanzado la media española ni en renta ni en productividad económica.

“Por eso resulta tan importante para nosotros alcanzar un acuerdo sobre financiación autonómica justo y respetuoso con los principios de igualdad interpersonal e interterritorial que nuestra Constitución garantiza”, le trasladó Feijóo al ministro. Añadió que estos principios se cumplen cuando la Administración promueve las condiciones y propicia los recursos económicos que favorecen las convergencia de las rentas entre los distintos territorios de España.

“Unos principios de igualdad personal y territorial por los que sé que el actual vicepresidente tercero del Gobierno de la nación española tiene especial querencia y estoy seguro, por su experiencia al frente de la comunidad autónoma de Andalucía, que sabrá defender en su actual responsabilidad”, le plantó Feijóo a Manuel Chaves, responsable de dirigir las negociaciones sobre financiación autonómica.

Emocionado

Su intervención fue escuchada por unos 150 invitados citados en el Salón dos Reis del Parlamento. Entre ellos figuraban los cuatro expresidentes autonómicos, la plana mayor del PP, con Mariano Rajoy y De Cospedal al frente, los principales cargos del PPdeG, el arzobispo compostelano y una nutrida representación de la patronal, el sector financiero o la universidad. Su voz sólo flaqueó, emocionado, al recordar el esfuerzo en la penuria de la postguerra que sufrió la generación a la que pertenecen sus padres.

Tres fueron los retos principales señalados por el presidente de la Xunta: afrontar la crisis económica, garantizar unos servicios públicos de calidad y reformar el Estatuto y garantizar la pervivencia del idioma gallego, pero siempre desde la libertad lingüística.

“La tarea que tenemos por delante es apasionante, pero ingente. Una tarea ingente incluso para quien, como quien les habla, cuenta con el respaldo de la mayoría de su pueblo. Es necesario acometerla juntos. Es imprescindible, para superar la crisis y situar a Galicia en el lugar que sus gentes merecen, que todos sepamos arrimar el hombro, al menos en los temas en los que compartimos un interés común”, comentó Feijóo tras prometer el cargo (el discurso completo se puede leer en la página 29 de este periódico).

Acabado el acto formal de toma de posesión, el presidente de la Xunta se dirigió a la plaza del Obradoiro, donde en un baño de multitudes, ante unas 5.000 personas, pronunció su segundo discurso, donde la crisis, el idioma y la reivindicación de un “galleguismo consciente” marcaron el grueso de su intervención. Pero si algo quiso destacar el nuevo titular del Ejecutivo autonómico fue su humildad, que no se le subirán los humos, que seguirá siendo un “gallego más”, declaración con la que inició su alocución, para acabar con un “en toda cosa que haga, por pequeña que sea o parezca, pondré todo lo que soy. Soy el presidente; siempre, un gallego más”.

Galleguismo consciente

Humildad personal, sí, pero con la mayor “ambición colectiva” porque, dijo, cree en Galicia. Por ello, Feijóo tomó como propio el “galleguismo consciente” que defendió Ramón Piñeiro, a quien este año se dedica el Día das Letras Galegas. El galleguismo al que se refiere el nuevo presidente de la Xunta es aquél que se siente partícipe del “proyecto español y europeo” y que es capaz de definir la personalidad colectiva de Galicia que, aunque con diferentes matices, es capaz de unir a toda la sociedad. Es el mismo, añadió, que promovió Manuel Fraga, a quien Feijóo hizo un reconocimiento especial porque “sus aciertos fueron decisivos para que Galicia culminara su primera modernización”.

Aunque en menor grado, Feijóo también hizo mención, de agradecimiento, de los anteriores presidentes de la Xunta.

“Soy hombre, nada humano me es ajeno”, dijo parafraseando al romano Terencio y, por eso asegura que asume el “privilegio” de presidir la Xunta con la convicción de que en los próximos cuatro años tendrá la obligación de responder ante los gallegos que confiaron en el PPdeG en las urnas.

En esta línea, se comprometió a gobernar con toda su “humildad personal” y, en consecuencia, rechazó sentirse “dueño de ningún cargo” sino que se declaró “depositario temporal de los encargos del pueblo gallego”.

Tuvo una mención especial a los emigrantes, a los que consideró “tan gallegos como los que pisan esta tierra cada día” y a los que se propuso hacer “partícipes” de los avances sociales y democráticos que se produzcan en Galicia.

En este punto del discurso, Feijóo se pronunció en castellano tanto para dirigirse a los residentes en el exterior como para reivindicar la “cordialidad y civismo” de Galicia en materia lingüística. “Capaz de explicar en castellano, a aquellos que no son gallegos, que en Galicia tenemos una lengua propia, que amamos y que escogemos en libertad”, dijo de Galicia, y apostilló que “la libertad sólo puede molestar a aquellos que no la quieren para los demás”.

Ovaciones

Cada alusión de Feijóo a la lengua, sobre todo para defender el derecho a elegir si se habla en castellano o en gallego, eran correspondidas con las mayores ovaciones del público

Su tarea de gobierno se dirigirá, según dijo, a “todos los gallegos, sin excepción, ni de personas concretas, ni de afinidades políticas, ni de momentos”. Por ello, renovó el “contrato” que firmó en campaña electoral también en la plaza del Obradoiro y que incluye 14 compromisos “sólidos”, basados en el galleguismo y en el reformismo. Como prioridad figura combatir el paro y, entre otras metas, figuran la renovación de la Administración, la recuperación del consenso en temas como la lengua para que nunca sea una imposición o la austeridad en el nuevo Gobierno.

“Pero jamás los impondremos”, matizó, y citó los puntos del documento uno por uno, que suponen a partir de ahora, según dijo “una obligación para el Gobierno” y una “exigencia” que le pueden hacer los ciudadanos.

En la parte final de su discurso, Núñez Feijóo parafraseó a Eduardo Pondal y aprovechó de su letra para el Himno Galego una expresión muy similar al lema electoral del PPdeG, “Chegou o momento”. Así, concluyó que “os tempos son chegados” para que una “nueva generación política” efectúe los cambios y la renovación que la sociedad demanda, tarea para la que se comprometió a fundir las siglas del PPdeG “en el escudo de Galicia” que representa a todos los gallegos.