La receta económica del nuevo presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para combatir la crisis ha dejado un sabor agridulce a los economistas gallegos. Casi todos coinciden en avalar la reforma de la Ley de Cajas para que se éstas se impliquen más en la financiación de las empresas. Sin embargo, la propuesta de rebajas fiscales genera más controversia entre los entendidos. ¿Es conveniente para las arcas públicas reducir ahora los ingresos de la comunidad autónoma cuando ya se está desplomando la recaudación de tributos?

Para la decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Santiago, Maite Cancelo, la respuesta es clara: “A corto plazo son necesarias estas medidas fiscales para incentivar la demanda interna”, defiende.

Según explica esta economista, con la crisis se ha frenado el consumo de las familias y si se retrae la demanda, quien lo sufre son las empresas. Por esta razón, las medidas económicas deben ir dirigidas a incrementar los recursos “en manos de los consumidores y las pequeñas empresas”. “Es cierto que se reducen los ingresos de la comunidad autónoma, pero lo que genera empleos es el sector privado”, apunta.

Por esta razón, tanto las rebajas fiscales como la apuesta por las infraestructuras o la reforma de la Ley de Cajas de Ahorro son, en opinión de Maite Cancelo, “un buen punto de partida para que Galicia despegue a buen ritmo en los próximos años”. La decana de Ciencias Económicas de Santiago cree además que el diagnóstico que ofreció Feijóo durante su discurso de investidura fue “realista y centrado”. “No existen los milagros económicos, pero con estas medidas los efectos pueden ser mejores incluso de los esperados”, pronosticó.

Más escéptico se mostró el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, Santiago Lago Peñas. “Las rebajas fiscales cuestan dinero y ahora estamos en un momento económico muy difícil”, advirtió. Este economista tiene claro que bajar impuestos “no es eficaz” porque al reducirse la recaudación lo que hará es incrementar el déficit de Galicia.

Con él coincide el decano del Colegio de Economistas de Pontevedra, Juan José Santamaría Conde. “Lo de bajar los impuestos funciona en épocas de bonanza económica, pero no ahora”, apunta. Según explica, los gallegos ya pagan ahora menos impuestos por la simple razón de que su renta es menor y por lo tanto contribuyen menos. De hecho, según recordó, está cayendo la recaudación de la comunidad autónoma y “esto merma la capacidad de maniobra del gobierno” ante la crisis.

La clave debe estar, en opinión del decano de la Facultad de Económicas de Vigo, Santiago Gómez Fraiz, en encontrar “el equilibrio”: ayudar a reactivar el consumo sin mermar en exceso las arcas públicas. En todo caso, las medidas anunciadas por Feijóo le parecen “interesantes”, en especial la reforma de la Ley de Cajas de Ahorro. “Es bueno que se le marquen directrices sobre su implicación con los sectores empresariales”, aseguró. A la receta económica del futuro presidente de la Xunta le falta, sin embargo, un ingrediente. “Quizás debería haber puesto más énfasis en la innovación, porque esa va a ser nuestra senda de crecimiento en el futuro”, recomendó.

Y si sobró algo fue, en opinión del decano del Colegio de Economistas de Pontevedra, el Plan Galicia. “No debería resucitarlo si sabe que la mayor parte no es competencia suya sino del Gobierno central”, apuntó. En lo que sí está de acuerdo es en reorientar la actuación de las cajas de ahorro. “Su obra social es ahora una especie de mecenazgo, pero estaría bien que atendiera también las necesidades del sector productivo”, propuso.

Las entidades bancarias se blindan en silencio

Hasta que el proyecto de reforma de la Ley de Cajas de Ahorro esté sobre la mesa, tanto Caixanova como Caixa Galicia prefieren guardar silencio en relación a la propuesta del nuevo presidente del Gobierno gallego de exigirles una mayor contribución en la financiación de las empresas. Hasta que se concrete el contenido de esta reforma, las entidades de ahorro prefieren no cruzar la línea que separa su actividad económica de la puramente política.

Ya lo hicieron así cuando el BNG, desde el bipartito, promulgaba un mayor control de la Xunta sobre las cajas de ahorro. Caixanova y Caixa Galicia optaron por callar, al igual que lo hicieron ayer.

Los que si opinaron sobre el discurso de investidura de Feijóo fueron los sindicatos. UGT y CC OO. rechazaron las reducciones fiscales anunciadas por Núñez Feijóo, ya que, según denuncian, supondrán “menos recursos” para la protección social en tiempos de crisis.

El secretario xeral de UGT-Galicia, José Antonio Gómez, constató una “cierta contradicción” entre llevar a cabo una rebaja de impuestos y, al mismo tiempo, impulsar “planes de choque y de protección”. A este respecto, Xosé Manuel Sánchez Aguión, de CC OO mostró su oposición a medidas de este tipo “porque, si se recauda menos dinero, también habrá menos recursos económicos para combatir la crisis”, explicó.

Por su parte, la CIG criticó que el nuevo presidente de la Xunta asegurase que en los últimos años hubo imposición lingüística en la comunidad autónoma cuando “hay un grave retroceso en la normalización lingüística”.