Cada vez que un coche, un piso o un simple par de zapatos queda sin vender o cae el consumo de las gasolinas y el alcohol, las arcas municipales se resienten. Porque la financiación de los ayuntamientos, como la de las comunidades, está muy ligada a la recaudación de impuestos. Por eso, ante la importante caída de los ingresos fiscales durante el pasado año y la tendencia a la baja que sigue en los primeros dos meses de este 2009, una consecuencia más de la grave crisis económica, el dinero que llega a los concellos se mide con cuentagotas. El Ministerio de Economía ya ha hecho sus cuentas y habrá un recorde de entre el 2% y el 3% en los fondos que enviará a las entidades locales de la comunidad. Las siete grandes ciudades recibirán cinco millones de euros menos que en el ejercicio anterior en los anticipios que mes a mes les aporta el Gobierno central para costear su funcionamiento.

Una caída entre el 2% y el 3% que dejará en manos de la corporación viguesa algo más de 64,6 millones de euros en entregas a cuenta, frente a los 65,8 millones que le correspondieron en 2008. A Coruña, el segundo ayuntamiento que mayor cantidad absorbe, se quedará este año con unos 57,4 millones de euros, un millón menos. Otros 24 millones irán para el concello de Ourense; 20,5 para el de Santiago de Compostela; 18,8 millones al de Lugo; casi 15,7 al de Ferrol; y 15,5 al de Pontevedra, según las cifras que maneja el departamento que dirige Pedro Solbes. En total, a sus manos irán a parar 216,7 millones de euros.

En prácticamente todos los impuestos, la cesión en mucho menor que la de años anteriores. Sobre todo el IVA, donde más se está notando el descenso de la recaudación debido al freno del sector inmobiliario y del consumo. La única tasa que se libra, por la que las siete grandes ciudades tendrán más fondos que en 2008 es el IRPF, desde el pasado año el gravamen que más dinero está aportando a la caja de la Agencia Tributaria.

Los recortes se trasladan también a la participación individual que tiene cada uno en función de su esfuerzo fiscal, tal y como recogen los Presupuestos Generales del Estado, y a la cantidad que perciben en compensación por la supresión del Impuesto de Actividades Económicas, dos de las partidas que pesan más en los anticipios que van a los ayuntamientos.