Quizás muchos de ustedes no lo sepan, pero en el abanico fiscal de los ayuntamientos hay un impuesto, poco conocido, que dio muchas alegrías antaño y que ahora está en horas bajas. El conocido canon de Telefónica. Por las instalaciones para la telefonía fija, los cables que recorren las ciudades, los concellos tienen derecho a un 1,9% de la facturación que la compañía tiene cada año en la localidad. Y, claro, con el auge de los móviles, por los que no hay ninguna tasa, la recaudación de muchas entidades se ha desplomado estos años hasta alcanzar incluso la mitad.

A Vigo le tocaron con respecto a la actividad de la telefonía fija en la ciudad durante 2007 algo más de 961.000 euros, según consta en las últimas liquidaciones del Ministerio de Economía. Menos de 700.000 a la segunda ciudad gallega, a A Coruña; 345.000 euros a Santiago de Compostela; hasta 300.000 en Lugo capital; casi 185.000 a Ferrol; a Ourense, 313.000 euros; y a Pontevedra, 228.000 euros. Salvo los datos de Ferrol -con una facturación anual que supera los 9 millones- el balance de Telefónica en las grandes ciudades no se recoge. Pero sí el de las medianas. Por encima de los 3 millones en llamadas están Arteixo, Narón, Ribeira, A Estrada, Lalín, NigránRedondela, Sanxenxo y Vilagarcía.