La sabiduría gallega es infinita; y la sinceridad, única e inapelable. Casilda, Laura, Hilda... "¿Por qué lle poñen ás vacas sempre nome de muller?", preguntó en su inocencia el candidato del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, durante su visita, ayer, a una explotación ganadera de Rois. El dueño, Manuel Caamaño, sorprendido, le miró y contestó a la gallega, con la verdad condensada en tres palabras: "Porque son vacas". Lógico e incuestionable. Y ya para tumbarlo: "¿Cómo lles íamos poñer, Xulián?". K.O técnico.

Feijóo estaba verde en asuntos vacunos a pie de granja pese a que nació en una aldea, Os Peares. Sabe de política del sector, tiene los datos, conoce la bajada de los precios -de 48 céntimos el litro a 36 en un año-, y lanzó sus proyectos para reactivar la industria y evitar el cierre de explotaciones. Los principales: un plan lácteo hasta 2013, y que Galicia reciba la cuota que no usen otras autonomías. Pero mezcla rubias con frisonas, y le faltaba mano con los animales. Laura se revolvió cuando quiso acariciarla. "¡Quieta!", renunció.

Caamaño, que tiene muchas tablas además de 110 rumiantes, cada uno produciendo a razón de 31 litros/ día, le impartió un curso intensivo. Nadie puede reprocharle al candidato, en todo caso, falta de interés, porque fue alumno aplicado y preguntaba. "Ésta es la más joven", apuntó confiado a 7649, una ternera aún sin bautizar. Cuando toque llevará nombre de vaca, claro.

Invasión láctea

Superada con aprobado raso la asignatura de iniciación al mundo vacuno tras hincar los codos en el establo, Feijóo habló de lo que sabe, que es de la situación del sector y de los problemas de competitividad que padece por la cuota insuficiente concedida a Galicia. "Han cerrado 3.000 explotaciones, y sufrimos una invasión masiva de leche, cuando tenemos capacidad para producir mucho más", expuso el dirigente del PPdeG. Mientras la UE ha autorizado a Alemania un aumento de 1,5 millones de toneladas y a Francia 1,3, el Estado español se quedó en 300.000. "Los ganaderos pasan enormes dificultades, y el bipartito se ha dedicado a hacer clientelismo", comentó.

Junto al aumento de la cuota, Feijóo plantea mejoras en materia urbanística. Caamaño cría las terneras en Aragón hasta que cumplen dos años y empiezan a dar leche, por falta de espacio en su explotación. El candidato prometió agilizar los permisos para que los ganaderos puedan ampliar sus naves.

Y del sector lácteo pasó a todo el rural, afectado por una continua despoblación hacia las ciudades. La propuesta estrella en este apartado es facilitar la concesión de licencias directas para construir viviendas al anular la autorización obligatoria de la Xunta. "Delegaremos en los concellos, y desbloquearemos los expedientes ahora apalancados en Santiago", anunció.

Feijóo se despidió de Caamaño y su hijo, Rafael, que trabaja la explotación, y se ofreció a echar una mano algún día si hace falta ayuda. Eso sí, bromeó: "Primero hay que conocer cómo se llama cada vaca". Una pista: llevan nombre de mujer.