Con una escenografía como para un presidente electo, el candidato del PPdeG a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, firmó ayer literalmente un "contrato con Galicia" en el que se compromete a cumplir catorce objetivos y a que ese documento sirva al final de la legislatura, si gobierna, para que los ciudadanos le puedan pedir cuentas por sus incumplimientos. La firma la estampó en un escenario diseñado al efecto en las inmediaciones de la plaza del Obradoiro compuesto por una mesa, una bandera de Galicia a cada lado y, de fondo, la residencia oficial del presidente de la Xunta en Monte Pío.

Feijóo concedió mucha importancia al "contrato" suscrito, convencido de que en las elecciones no sólo se elige "quién va a gobernar" sino también "qué va a hacer". Por ello, quiso "clarificar y significar" cuáles serán sus objetivos y prioridades si el electorado le da la opción de presidir la Xunta.

Como aval, puso su propia trayectoria -ocupó su primer cargo institucional con 29 años- y, a modo de "confesión", aseguró que se inició en la vida política, no por su "imagen o desenvoltura", sino porque los dirigentes políticos de entonces se fijaron en su "forma de gestionar".

Convertir la lucha contra el paro en su "máxima prioridad" y poner en marcha una "estrategia económica" frente a la crisis abren su "contrato con Galicia", que cierra con su voluntad de recuperar el "consenso" en el ámbito lingüístico y llevar a cabo una "regeneración democrática" que sirva para eliminar las "prácticas clientelares".

También promete rebajar impuestos así como garantizar la "austeridad" de la Administración y reducir "gastos superfluos". La sanidad "con garantías", la aplicación real de la Ley de Dependencia, poner a los jóvenes "en primer plano", o llevar a cabo reformas para eliminar "trabas" en la Administración completan su "compromiso político" con la ciudadanía.

El candidato popular justificó la necesidad de poner en marcha este batería de medidas al referirse a la mala gestión del bipartito. Tras mostrarse convencido de que "muchos ciudadanos" están de acuerdo con este diagnóstico, pidió a los gallegos "cuatro años" para demostrar que va a "cumplir" su contrato.

Durante ese periodo, retó a la oposición, a los medios de comunicación y "sobre todo" a los ciudadanos a que le pidan cuentas. En todo caso, consideró que la sociedad tiene clara la Galicia que quiere el PP, tanto por su labor de oposición en esta legislatura, en la que ha sido una "alternativa activa" al bipartito, como en el actual periodo preelectoral, que resumió en "completar cada crítica con una propuesta".