En el despacho del conselleiro de Innovación ya no está la figura con un aerogenerador que tanto gustó a los fotógrafos en los últimos meses como fondo para las imágenes oficiales. ¿Una forma de pasar página? Fernando Blanco, muy sonriente, sabe que todavía queda mucho concurso eólico por delante con las negociaciones de los proyectos industriales asociados a las peticiones de potencia y los trámites administrativos en los que sus compañeros socialistas en San Caetano prometen usar la lupa. Él devuelve los avisos. "No vale inventarse motivos. Hay que cumplir la ley. Yo y todos", asegura. En unos minutos se ha ventilado un pequeño plato de pasta. No hay tiempo para descansar después de las dos semanas más convulsas, y también con más recelos, para el departamento en toda la legislatura. Se muerde, y mucho, la lengua.

-¿Tranquilo?

-Absolutamente.

-¿Después de todo lo que se ha dicho estos días?

-A veces indignado.

-¿Por qué?

-Algunas informaciones no respondían a la realidad, y eso evidentemente es malo, no para la consellería, sino para el país.

-¿Por ejemplo?

-Que no había acceso a la información impresa. Medio Ambiente reconoció después que siempre tuvo. En todo caso, es responsabilidad de otros. Mi guerra es con la crisis, no con nadie en concreto.

-Da por agotado el espacio para la construcción de más parques y apuesta ahora por repotenciar.

-El parque eólico gallego es muy antiguo tecnológicamente. Es posible reducir aerogeneradores y mantener e incluso incrementar la potencia. Ése es el siguiente paso.

-Pero la repotenciación ya era uno de los criterios del concurso y al final...

-También llevó.

-Pero muy pocos parques.

-Eso depende de los promotores, que tendrán sus plazos de amortización y demás.

-¿Es consciente de que el reparto ha sorprendido?

-A mí no me sorprendió. Debió sorprenderle a los que afirmaban que el reparto ya estaba hecho. Siempre dije que era un concurso y que había que atenerse a las reglas. Ganó quien lo merecía. Punto. Otros que aseguraban que algunos estaban vendiendo, que estaban negociando en bancos, estarán seguramente sorprendidos.

-Pero, ¿no cree que la imagen de transparencia se tambaleó en algún momento?

-Con procesos de transparencia siempre se produce esto. Cuando no hay información, evidentemente es muy difícil tener datos. En éste, que era un concurso público, con participación de todos, que por primera vez había un baremo claro, todo el mundo opinaba. Había 30.000 megavatios pedidos y 2.300 adjudicados. Es normal que se generen debates. A mí no me parece mal si se habla con rigurosidad. Una asociación dice que vamos a poner 15.000 molinos. ¡Por Dios! Hay que ser rigurosos.

-Lo cierto, conselleiro, es que se cumplió el plazo, se pidió una prórroga...

-La comisión tenía los trabajos programados y consideraba que le daba tiempo. Un proceso que iba a ser automático hubo que hacerlo a mano y solicitaron una semana más. El anterior Gobierno gallego se retrasó 36 días en una adjudicación que era una décima parte de ésta. Extremadura, seis meses. El Ministerio de Industria anuló las licencias de fotovoltaica. No tiene nada de extraño y anormal.

-Pero no se dio ningún tipo de información.

-Lo importante era que la comisión trabajara con la mayor discreción posible y que no hubiera ningún tipo de filtración que sí podría haberlo alterado.

-Insisto. ¿Y la imagen que se ha podido crear en la gente?

-Fue, en todo caso, la que algunos intentaron crear. La gente tiene que ser consciente de que por primera vez en este país hay un concurso transparente en la adjudicación de megavatios. ¿Alguien habla de los 4.000 anteriores? Nosotros vamos a ganar el 14,22% de todos los beneficios de estos 2.000 megas para la Xunta. Es decir, para los gallegos y gallegas. ¿Dónde está el 14,22% de esos 4.000?

-Al final, entran en el negocio del viento muchas empresas que no tienen nada que ver con el sector energético.

-No podía ser esto un coto cerrado de determinadas empresas. Esto no es una sorpresa. ¿Por qué va a ser un campo sólo para ellos? ¿Que los beneficiados puedan ser los agricultores y ganaderos que forman parte de cooperativas? A quien le parezca mal, que lo diga. ¿Que la pizarra, una de sus empresas de mayor capacidad, tenga un proyecto de investigación que beneficia al conjunto del sector? Pues si está en contra del sector de la pizarra, que lo diga. ¿Que los conserveros tienen ventajas? Que lo digan. ¿Que las empresas gallegas de energía también están? ¿O las cajas? Igual a otros les gustaba otro concurso. Pero menos ambigüedades y menos tonterías: que digan quién querían que ganara.

-Las grandes energéticas están cabreadas.

-No me lo han transmitido.

-Se les presupone experiencia. ¿Tan mal están sus proyectos? Por ejemplo, Unión Fenosa.

-Ahí se dio una circunstancia que fue determinante y que explica en parte esto. En las zonas de mejor viento confluyeron un montón de empresas. Cuando la primera resultaba adjudicataria porque tenía un mejor proyecto, las demás se caían, aunque tengan más puntuación que otras solicitudes para otras zonas. ¡Pero es que no fueron a otras zonas! Otros optaron por áreas limítrofes, que a lo mejor no son tan rentables, conscientes quizás de que competir en los puntos de aglomeración no era tan sencillo. Y lograron, con menos puntuación, hacerse con el reparto.

-¿Hay problemas con Fenosa?

-Con Fenosa tengo buenas relaciones. Llegamos con ellos a acuerdos importantes con el_país y están invirtiendo aquí.

-¿Y no cree que lo ocurrido puede variar sus planes?

-Pero, entonces, ¿cómo es la historia? ¿Si no me das, me voy? Chantajes no acepto, ni de ellos ni de nadie. Que quede claro.

-Pues no son pocas las que han vinculado sus inversiones al resultado del concurso.

-Las eléctricas vienen a invertir aquí porque ganan. A ver si nos dejamos de tonterías. ¿O es que cuando vienen aquí a abrir un embalse o un ciclo combinado vienen a perder dinero?

-La mayoría de ganadores están muy vinculados con Galicia, con sectores tradicionales.

-Sí. A quién no le guste, que lo diga claramente. Si usted me pregunta si me preocupa que estén vinculadas al país, le digo que no, nadita. Me parece razonable. Aquí es donde se explotan los recursos y los impuestos no tienen por qué irse a Madrid o a donde sea y no quede ningún tipo de beneficio. Esto era un concurso. Algunos empiezan a creérselo ahora. Igual es tarde.

-¿Habló con Manuel Jove?

-No. No hablé con ninguno. No me parece razonable hablar con alguno en este punto.

-Entiende que también sorprenda que no haya conseguido nada.

-Porque alguno lo daban por hecho ya. Incluso algunos de los que ahora critican, me criticaban antes porque ya lo tenía repartido y él se llevaba una buena parte. Tengo la sensación de que hiciera lo que hiciera sería criticado. Esto es lo que hay, un concurso que se ha hecho con un baremo muy escrupuloso y en el que se ha trabajado sin presiones ni del PSOE ni del BNG.

-¿De ahí que durante el proceso usted llegara a decir que el que hicera más ruido no iba a ser necesariamente el ganador? El caso de Ence.

-Fui claro antes y lo soy ahora. Ence era una posibilidad que no fructificó.

-¿No cumplía los requisitos?.

-Más que no cumplir, es que había otros que hicieron mejor proyecto.

-¿Sigue habiendo alternativas para reubicar la planta?

-Creo que sí. Y son razonables. Hubiera sido muy complicado con una adjudicación eólica hacer esos cambios, porque igual alguno creía que tenía cierta fuerza en la negociación.

-¿Se refiere a los directivos de Ence?

-No digo más.

-Habrían tenido que lidiar con el presidente de la compañía, Juan Luis Arregui.

-Bueno. Como todo, siempre es difícil.

-¿Puede caer alguno de los proyectos durante la siguiente fase, la tramitación?

-Si lo preparan mal, sí claro. En todo caso, cumpliendo estrictamente la ley y ubicándose en los terrenos que marca el actual plan sectorial antes de que venga el nuevo, para negar cualquiera de los proyectos hay que tener un motivo razonado, ¡eh! Esto no es una cuestión política, que parece que es lo que subyace en el fondo. Aquí no es que yo quiera o deje de querer, o el conselleiro de otra consellería o el mismo presidente. Aquí nos acogemos a le ley. No vale inventarse motivos urbanísticos, medioambientales, culturales ni industriales, rurales, ni nada. Hay que cumplir la ley. Yo y todos.

-Pues está claro que el proceso se ha politizado.

-Por mi parte no. Nunca he hecho declaraciones así.

-Pero ha habido un plante de las dos consellerías socialistas de la comisión.

-No sé si por parte de las consellerías o de los funcionarios. Si fuera por parte de los funcionarios, sería más peligroso por su obligación de guardar sigilo y emitir su opinión dentro de una comisión. Si no lo hicieron, ellos sabrán, que les pidan responsabilidades los que tienen que hacerlo.

-No parece que haya sido un plante de los funcionarios.

-Entonces, igual las explicaciones habrá que pedírselas a alguno de los responsables porque esto es una valoración técnica, no una política.

-¿Eso quiere decir que no ha hablado con los conselleiros de Política Territorial y Medio Ambiente?

-No, nunca. A mí ningún miembro del Consello me pidió ninguna información sobre el concurso, porque supongo que confiarían en que lo estábamos haciendo bien.

-¿Ni una palabra?

-Ni una sola.Y si yo lo digo así, es porque es así.

-¿Y con el presidente?

-Incluido el presidente.

-¿Cómo toma entonces las declaraciones que el área socialista del Gobierno ha lanzado? ¿Advertencias, avisos?

-Yo no interpreto nada, salvo que todos van a trabajar a destajo para que este proyecto vaya adelante porque es bueno para el país, para que cuanto antes podamos cobrar esos millones que vamos repartir con concellos, un 40%, y comunidades de montes, otro 10%. Es que debe de ser así. En caso contrario, que lo aclaren.

-¿No contempla un posible boicot socialista?

-Un boicot significaría alterar las reglas del juego, vulnerar la ley en función de una utilización política de suma gravedad.

-¿El concurso eólico no ha marcado las distancias en el bipartito?

-A mí desde luego me ha hecho llegar nada de eso. Debo entender que no. Yo soy responsable de lo que digo yo y otros son responsables de lo que dicen ellos. Y en ningún caso los voy a interpretar. Que lo aclaren los que hablan.