Los gallegos tendrán que acudir a votar el próximo 1 de marzo. Desde el verano, las especulaciones sobre un posible adelanto electoral han sido frecuentes. Finalmente, el presidente de la Xunta despejó la incógnita. Ahora, la pregunta es clara, ¿ha escogido el momento más acertado? Lo cierto es que la mayoría de los sectores consideran que sí, pero con reticencias. La crisis económica, como siempre, es el obstáculo más importante.

La mayoría de los sectores consideran adecuada la fecha elegida, aunque siempre hay reservas. Desde las tres centrales sindicales (CCOO, UGT y CIG) y desde la patronal se considera la fecha como acertada. En concreto, todos indican que este "adelanto técnico", para que los comicios gallegos no coincidan con los europeos, es correcto para que la cita con las urnas tenga voz propia. Sobre la campaña, no tienen dudas: la economía será el arma fundamental para batir a los contrincantes. Además, los representantes de los tres sindicatos coinciden en que es fundamental que los partidos propongan alternativas para salir de la crisis.

Por su parte, la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) considera la fecha "oportuna" porque permitirá que el periodo entre el anuncio de la cita, y las propias elecciones, sea "el menor posible", dada la situación económica debe haber la "mínima dilación" en la transición hacia un nuevo Gobierno.

A pesar de la opinión unánime de que la economía condicionará de forma fundamental la campaña y las elecciones, no hay un acuerdo sobre en qué medida va a afectar a los resultados. El economista Santiago Lago Peñas augura que la lucha va a ser "apasionante" y la campaña "dura". En este sentido, asegura que una gran parte de los votantes decide por ideología, pero la diferencia que separa al bipartito del PPdeG es sólo un escaño, que "se puede mover" debido a la crisis.

"Una apuesta fuerte"

Lo que está claro para Lago Peñas es que lo correcto, desde el punto de vista del Gobierno gallego, hubiera sido adelantar las elecciones a octubre, punto en el que coincide CCOO, a pesar de que defiende la fecha escogida porque es "cuando toca". Esperar a marzo "es una apuesta fuerte". La parte económica puede condicionar de forma negativa los resultados del bipartito, aunque, señaló, también puede ser una baza positiva. De hecho, recordó que Galicia está respondiendo mejor a la crisis que España. Por lo tanto, la campaña va a ir por ese camino. "Va a ser difícil de seguir para el ciudadano", adelanta el economista, ya que se van a utilizar variables económicas "todas ellas ciertas". Es decir, el PPdeG esgrimirá los datos absolutos, que son malos. Mientras, las fuerzas del bipartito acudirán a los términos relativos, para ganar en la comparación. Además, explicó que la coalición formada por PSdeG y BNG es la favorita, aunque "menos que en octubre", pero eso no quiere decir que la decisión esté tomada. "El partido se va a jugar", pero hay que esperar a marzo, indica, para saber quién lo va a ganar finalmente.

Para la decana de la facultad de Ciencias Políticas de Santiago de Compostela, Nieves Lagares, la economía no va a ser el factor decisivo, aunque influirá en la elección de los votantes. "La situación económica siempre afecta, pero no creo que vaya a ser una variable decisiva". De hecho, señaló que entre un 60 y un 65 por ciento de las personas ya tienen decidido su sufragio de antemano, por "cercanía política". Mientras, entre el 15 y el 17 por ciento de la población tiene en cuenta en su determinación el balance de la legislatura. A esta cantidad hay que sumar el 12 por ciento que termina por decidirse gracias a la campaña y a los acontecimientos de última hora.

Por lo tanto, Lagares incidió en que la crisis va a influir en un porcentaje pequeño de población, en comparación con aquellos que se deciden en base a su ideología. "El voto que está fijo es el mismo que hace cuatro años", dice, por lo tanto, en un principio, los resultados podrían ser similares.

De todos modos, Lagares señaló que el voto que se mueve, por la campaña u otras circunstancias, va a empezar a hacerlo ahora, por lo que los cálculos para contabilizarlo resultan bastante complejos.

Precisamente, por todas estas variantes, la decana consideró que el 1 de marzo puede ser una fecha tan buena para elegir a los representantes de los ciudadanos como puede serlo "cualquier otra".