La nieve bloqueó ayer durante horas los accesos a Galicia a través de la Autovía Rías Baixas y la N-525, además de dificultar la circulación en decenas de carreteras del interior de Galicia. El temporal, que en algunas zonas estuvo acompañado de frío e intensas lluvias, desencadenó además el desplome de una transitada avenida en Lalín que quedará cortada al tráfico durante semanas. En zonas como A Gudiña (en Ourense) la nieve llegó a superar los veinte centímetros de espesor, lo que incomunicó durante gran parte de la jornada a varios pueblos de los alrededores.

Aunque la peor parte se la llevaron las comarcas del interior, Ourense y Lugo, donde las nevadas obligaron al uso de cadenas en la mayoría de los puertos de montaña, las provincias de A Coruña y Pontevedra también sufrieron los efectos de la nieve, una situacion que podría repetirse hoy ya que se prevé nieve por encima de los 700 metros.

En Pontevedra fue el Deza la comarca más afectada. Las nevadas cubrieron de blanco la Serra do Candán, el Alto do Santo Domingo y el Monte Faro. En la PO-553 que une las localidades de Pontevedra y Rodeiro el tráfico estuvo cortado toda la mañana. Pero lo peor se lo llevó la Avenida Xosé Cuiña en Lalín que se derrumbó de madrugada justo en el tramo que cruza por encima del río Pontiñas. Todo apunta a que se debió a un problema de canalización agravado por las fuertes lluvias.

La circulación viaria fue la que más se resintió ayer a causa de la nieve. En la Autovía de las Rías Baixas el tráfico estuvo cortado durante horas de madrugada. A partir de las nueve de la mañana se volvió a abrir al tránsito pero sólo para turismos para los que fue obligado el uso de cadenas, al igual que los puertos lucenses de montaña de A Fontaneira, Poio, Boi y Acebo. A última hora de la tarde la circulación seguía restringida en esta autovía y en otras 22 carreteras se registraban dificultades por las nevadas.