La alta velocidad en la puerta de casa. Lo que podría parecer una ventaja se ha convertido en el infierno personal de esta pareja, Isabel y Salvador, ya que las obras del AVE están demasiado cerca: a tan sólo 6 metros de la fachada de su casa, en la localidad pontevedresa de Barro.

Grandes grúas de decenas de metros de alto, ruido estruendoso, maquinaria moviéndose justo a su lado ese es el panorama que ven al asomarse por la ventana o abrir la puerta de su casa, cercada por una obra de gran magnitud que les ha sumido en la desesperanza y les impide tener un día a día normal a ellos y a sus hijos de 8 y 4 años. Su dueña se muestra irónica ante la situación que viven. "Esto es el nuevo televisior de plasma que me ha regalado el Ministerio de Fomento."

Salvador, camionero, se pasa toda la semana al volante y confiesa que "tiene el corazón en un puño" al no saber si les pasará algo o no. Isabel, por el contrario, muestra su preocupación por la seguridad de sus hijos: "A mi hijo pequeño le encantan los camiones y aquí, ahora, tampoco pueden jugar mucho. Imagínate que mis hijos salen y les pilla un camión".

Su batalla contra el Ministerio de Fomento comenzó hace meses. Deben recibir la cantidad acordada por la expropiación de su propiedad, 190.000 euros, pero sólo les han pagado el 60% del total y aseguran que no se irán hasta recibir el 40% restante."Yo me quiero ir de aquí con el 40% que falta", dice Salvador, "ellos quieren su línea, su expropiación hecha. Me parece muy bien. Resignado, asume que "no puedo reclamar nada pero tengo mi derecho a recibir lo acordado".

El pasado sábado una máquina derribó parte del muro que cierra la parcela y la familia ya ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil