La Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil seguirá los pasos de la Xunta y también procederá a revisar todas las concesiones de usos del agua que existen en sus ríos, sean centrales eléctricas o de cualquier otra naturaleza, como puntos de captación, pantalanes o infraestructuras destinadas al ocio. El objetivo final que se busca es ordenar la explotación de los recursos hídricos de tal forma que se logre compatibilizar los distintos usos con la preservación y recuperación del medio ambiente, siguiendo las consignas de la Directiva Marco del Agua. En esta línea incluso se propone la compra de derechos concesionales como unas de las opciones para despejar las riberas de los cauces.

La planificación de la cuenca del Miño-Sil es de momento un borrador que está en fase de exposición pública, pero recoge una amplia batería de medidas destinadas a regular los usos del agua, mejorar su distribución y recuperar espacios para el dominio público hidráulico. En todo caso, como advierte la Demarcación Hidrográfica -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente-, el plan que se apruebe será de obligado cumplimiento, con unos objetivos bien definidos y con poco margen para modificar las alternativas propuestas para alcanzarlos.

La primera medida básica que se plantea es una revisión general de todas las concesiones hidráulicas con el fin último de conseguir un río sin obstáculos "mediante la eliminación de aquellas infraestructuras que estén en desuso o caducada su concesión". Da igual el tipo de construcción que sea, si bien se incluyen las centrales eléctricas. De hecho, la planificación prevé elaborar un inventario de las minicentrales en desuso para derruirlas e introducir mejoras en el diseño y en el funcionamiento de las existentes y con concesión en vigor para mitigar los principales impactos ambientales.

Estas actuaciones afectarán a un buen número de construcciones en los ríos de la cuenca Miño-Sil, porque abarca toda la provincia de Ourense, casi toda la de Lugo y más de la mitad de Pontevedra. Actualmente, la Demarcación Hidrográfica tiene registrados 77 presas hidroeléctricas, a lo que había que sumar instalaciones deportivas, pantalanes y puntos de captación de agua.

Cuando se pueda, según la planificación hidrológica prevista, se eliminarán las infraestructuras situadas en el dominio público y además del rescate de concesiones, se abre la posibilidad a la compra de terrenos privados para reforzar la protección de las masas de agua.

La revisión de las concesiones hidráulicas es una política que la Xunta del bipartido ha comenzado a aplicar desde el inicio de la legislatura, bloqueando todos los expedientes en trámite. De hecho, la Consellería de Medio Ambiente aún ordenó ayer una visita de reconocimiento a una minicentral del río Deza para cerrarla por cuanto su licencia de explotación ha caducado.