El dolor se instala de nuevo en el cuartel de Figueirido. Un día después del atentado suicida que costó la vida a dos de sus soldados en Afganistán, la Brilat inicia otra semana negra en su historia con una jornada en la que pese a los esfuerzos por conseguir una sensación de normalidad, el objetivo resultaba casi imposible. Mientras un grupo de militares salía a correr por los alrededores de las instalaciones para completar su entrenamiento diario y otros desarrollaban sus actividades cotidianas, en los despachos se preparaban los actos y funerales en homenaje a los dos compañeros fallecidos este domingo.

Es una realidad ya tristemente conocida para esta brigada. Por tercera vez sufre bajas en esa misión. Tras el accidente del helicóptero Cougar, en el que fallecieron 16 componentes, y de la lucense Idoia Rodríguez, en un ataque cuando se desplazaba en un convoy, ahora se reencuentra con la tragedia. "Como ha ocurrido en las otras ocasiones tratamos de estar muy pegados a las familias para entre todos tratar de sobrellevar esta situación de la mejor manera posible", relataban fuentes de cuartel, que definían el sentimiento generalizado con el que se amaneció como de "una gran consternación".

En las horas previas al funeral que albergará este mediodía el complejo militar y al que, entre otras autoridades, acudirán los príncipes de Asturias, los presidente del Gobierno y la Xunta o la ministra de Defensa, en el cuartel los ánimos estaban por los suelos. "Es algo que ya hemos vivido, estamos todos curtidos, pero también destrozados y llorando sus muertes, como el dolor de sus familias", apuntaban integrantes del Ejército vinculados a la base pontevedresa, al tiempo que organizaban el tráfico de acceso al recinto debido al nutrido grupo de unidades móviles de televisión.

Por otra parte, algunos soldados de la Brilat se mostraron "molestos" por la decisión de sus superiores de enviar a la unidad de la Compañía de Artillería-a la que pertenecía uno de los fallecidos- a León para realizar ejercicios de adiestramiento._Éstos militares califican de "incongruencia" y gesto "insensible e improcedente", porque "lo oportuno ahora es mostrar cariño hacia las familias y los compañeros". Por ello, solicitan el aplazamiento de las maniobras programadas.