Juan Camilo Mouriño, hijo de padre gallego, es la mano derecha del presidente de México, Felipe Calderón. Nacionalizado mexicano a los 18 años, con 35 ha sido nombrado jefe de la Oficina de la Presidencia, que en la práctica le convierte en el número dos del Ejecutivo, y tiene bajo su coordinación directa a todos los ministros.

Confiesa que pertenece a una generación de políticos jóvenes que quieren cambiar el país y asegura que la colectividad gallega no sólo no tiene problemas, sino que ha sabido salir adelante con éxito.

- El Gobierno lleva ya formalmente constituido tres semanas. ¿Cuál es su función?

- Básicamente coordinar el trabajo del Gobierno, algo que no existía antes. Nosotros nos propusimos desde el principio tener una coordinación plena de la acción de gobierno y sobre la comunicación social del Gobierno. Y todo esto se centralizó en esta Oficina de la jefatura de la presidencia.

En estas primeras semanas nos hemos dedicado a la seguridad pública. En México es el principal problema y hemos tomado acciones y decisiones concretas para recuperar la fuerza del Estado e iniciar un proceso para país más seguro, desde el arresto del líder de este grupo radical que estaba poniendo en jaque la estabilidad en el Estado de Oaxaca hasta el operativo conjunto en Michoacán donde le hemos pegado duro al narcotráfico.

- A los analistas políticos les llama la atención su juventud y que siendo hijo de emigrantes haya llegado tan arriba.

- En México se están viviendo muchos cambios en los últimos años. Por segunda vez consecutiva ganó un partido al que durante más de setenta años tuvo el monopolio del poder. Y parte de ese cambio de régimen y de mentalidad de México tiene que ver con un cambio generacional, con una nueva clase política mucho más joven que piensa de forma distinta a la política tradicional y está empeñada en mirar al futuro y en construir para México un futuro mejor. A esa generación pertenezco yo y también el presidente Felipe Calderón. Tengo 35 y no me considero ya tan joven, pero además es un tema de experiencia. Llevo diez años en política y he sido diputado local y federal, viceministro...

- ¿Ha alcanzado ya su techo político o estamos hablando, quizás, con el próximo candidato a presidente

- Pues mira, la verdad es que no me marco techos así. Las cosas se han ido dando. La política es un tanto de voluntad y de objetivos propios, pero también mucho de circunstancias. No siempre está en la decisión de uno, depende de muchas cosas.

- ¿Cuál es la situación de la comunidad gallega? ¿Tiene, como en Argentina, problemas por falta de recursos económicos o de asistencia social?

- La comunidad gallega es una comunidad importante en México, particularmente en el Distrito Federal y en los estados cercanos. Es una comunidad que se ha integrado perfectamente y que ya es parte de la vida cotidiana, pero es que además es una comunidad bien organizada, con figuras y personajes muy destacados en todos los sentidos. Tenemos desde deportistas seleccionados nacionales hasta gente de la cultura y, por supuesto, en la política y en el sector empresarial, donde, sin duda, destacan gente como los Vázquez Raña.

- ¿Ejercerá de gallego?

- En las tareas de gobierno me siento total y plenamente mexicano. Pero, por supuesto tengo un gran cariño por Galicia.

- Manifiesta su pretensión de mejorar la seguridad ciudadana, pero eso en México no parece sencillo...

- No es nada fácil y no va a ser rápido, pero hay que empezar mostrando que el Estado está absolutamente resuelto a recuperar la tranquilidad y la seguridad de los mexicanos. Esto es una guerra que va a llevar tiempo, que va a costar mucho dinero y que incluso va a costar vidas humanas.

- ¿Siente amenazada su vida por la violencia organizada?

- El crimen organizado normalmente tiene mejor tecnología y armamento, que el propio Estado mexicano y en eso es en lo que estamos trabajando. Y por supuesto esto representa, para el Estado en su conjunto y para quienes formamos parte una amenaza permanente. Pero, bueno, eso es parte de mi... Eso va con el cargo.