"El furtivismo se practica desde siempre, pero hay años en los que repunta más que otros", aseguró a Europa Press el patrón mayor de A Illa de Arousa (Pontevedra), Benigno Chávez, quien augura que entre finales de 2008 y 2009 se incrementará la actividad ilegal en la Ría de Arousa.

"Son tiempos difíciles y la gente se buscará la vida como pueda", afirmó con resignación, tras apuntar que los furtivos no tienen dificultades para vender su recurso, "de antemano saben que lo tienen vendido", apuntó, para asegurar que en su caso vigilan las zonas de O Cabío y O Boído junto a los pósitos de Vilanova de Arousa y Cambados a fin de evitar que esquilmen su recurso más preciado, la almeja.

Por su parte, el patrón mayor de O Grove, Francisco Iglesias, señaló que, en su área de influencia temen la actuación de los submarinistas, que limpian los fondos marinos de especies, con independencia de si se encuentran en periodo de reproducción o si cuentan con la talla mínima reglamentaria.

"Es difícil de detectar, haría falta una vigilancia durante las 24 horas del día y el número de guardacostas es insuficiente", aseguró. A esta circunstancia, se suma, actualmente, la caída de precios del marisco y, sobre todo de la almeja, desde que se inició la campaña a principios de mes. "Estamos en noviembre y sigue habiendo buzos", señaló para descartar que el furtivismo oscile en función de las estaciones del año.

El Servizo de Gardacostas de Galicia efectuó casi 36.000 --35.981-- inspecciones entre 2006 y el tercer tremestre de 2008. Durante esos más de dos años y medio, el número de expedientes abiertos por supuesta infracción ascendió a 7.500, según se desprende de los datos de la Consellería de Pesca. La cifra más significativa es, no obstante, la del volumen de especies de pescados y mariscos requisados en esas operaciones, que ronda los 100.000 kilos --99.478 kilos--.

AROUSA, MÁS "ORGANIZADA"

Esta ría junto a las de A Coruña y Ferrol figura entre las más frecuentadas por aquellos que recogen marisco de modo ilegal por su gran riqueza de recursos, así como por ser la que concentra la mitad de la actividad pesquera y marisquera de Galicia, de forma que existen más "medios" y "modos" para burlar la legalidad.

Aunque no son las únicas, según constataron los profesionales de las cofradías, que destacan la actuación de los furtivos en diversos puntos de A Costa da Morte, para recoger percebe, o en la Ría de Vicedo-O Barqueiro (A Mariña lucense), en el caso de la coquina, almeja o nécora. Así lo manifestaron también a Europa Press fuentes del Servizo de Gardacostas de Galicia, que apuntó que este fenómeno se extiende al conjunto del litoral gallego.

"Nuestras playas son muy turísticas y la gente argumenta que por usos y costumbres coge almeja para una paella, no se dan cuenta de que ellos están de vacaciones pero nosotras vivimos de ese recurso y su cuidado durante todo el año", expuso a Europa Press la patrona mayor de O Vicedo, Faustina Solloso, que se reconoce "dolida" por la falta de "concienciación" de los turistas y aficionados a la pesca deportiva.

SUBVENCIONES A LA VIGILANCIA

Hace años que los pósitos de Galicia asumen entre sus funciones la vigilancia de los bancos marisqueros que gestionan para evitar la extracción ilegal de recursos marinos, sobre todo en periodos de vedas y paros biológicos o de la obligación de someter estos productos a un proceso de depuración previo a su comercialización en determinadas rías.

Cada pósito recibe 1.050 euros de subvención de la Administración gallega para sufragar los gastos derivados de la contratación de vigilantes, pese a que la mayoría de las cofradías coinciden al señalar que los furtivos logran eludir su control y que, en algunos casos en los que se detecta al infractor, es difícil disuadirle de que abandone su mercancía.

La cofradía de A Illa dispone de 11 vigilantes, la de O Grove ocho, la de A Coruña dos, al igual que la de O Vicedo-Barqueiro y la de Ferrol, seis. No obstante y, salvo los profesionales de A Mariña lucense, todos los profesionales consultados por Europa Press destacaron la insuficiente vigilancia que realizan el Servizo de Gardacostas de Galicia, sobre todo por las noches. Una circunstancia que el sector atribuye a la falta de medios y agentes.

MÚLTIPLES FRENTES

Los frentes son múltiples y las modalidades de la picaresca muy diversas, según expusieron a Europa Press fuentes del Servizo Galego de Gardacostas, que subrayaron la detección de casos en el conjunto de las rías. "Dedicamos muchas horas y mucho esfuerzo al furtivismo y a su prevención", explicó uno de los responsables del cuerpo, que recordó que ésta no es la única de sus funciones que abarcan además las inspecciones en las descargas de pescado en los puertos de mayor actividad, centros de cultivo y cría y establecimientos comerciales.

"Centramos nuestros esfuerzos a lo que nos exige el sector y a lo que pensamos que tiene interés, aunque todo el mundo intenta dirigirnos y que investiguemos al vecino",a seguró para destacar que tienen su propio criterio a la hora de planificar sus estrategias.

Sólo entre enero y septiembre de este año realizaron 1.137 operaciones en vehículos de transporte de estas mercancías y otras 3.000 actuaciones en depuradoras, conserveras, granjas marinas y lonjas. "Los casos de furtivismo suelen coincidir con las bajamares y ocurre que nos llaman de múltiples puntos de diversas rías a la vez. A veces no somos capaces de atenderlos todos", señaló, tras admitir que son conscientes de las críticas que las cofradías realizan a su trabajo.

Según consideró, no es que se produzca un incremento de la actividad furtiva, sino que tiende a "salir más a la luz en los medios de comunicación" en determinadas épocas del año. Eso sí, matiza que "cualquier furtivismo tiene como objeto vender los recursos".

"La exclusión social es una leyenda", sostiene, tras insistir en que los furtivos están muy "bien organizados", tienen "medios" y son conscientes de la "magnitud de su infracción" por lo que, en su opinión, establecen auténticos operativos para descargar sus mercancías. Así asegura que, muchos de ellos, utilizan técnicas que se empleaban hace años para desembarcar otro tipo de cargamentos. "Muchos se dedicaban antes a otras actividades", señaló.

En esta línea explica que, por ejemplo, en la Ría de Arousa algunos disponen de planeadoras muy potentes, realizan "contravigilancia" y salen en distintos días, horas y rutas. "Es muy raro que saquen al mismo tiempo de su embarcación la mercancía y los equipos de buceo, por ejemplo. Suelen estar en contacto con otras personas en tierra y organizan bien la descarga", relató.

"Tener éxitos en esta actividad no es nada sencillo y, por el contrario, nuestras carencias siempre son muy evidentes", afirmó, para añadir que su trabajo "es oscuro, no se ve y es poco agradecido".

Por ello recordó que su labor requiere "horas y horas" de investigación, vigilancia y control hasta lograr reunir pruebas y abrir un acta de supuesta infracción. "Hay que pillarlos con las manos en la masa", explicó. "Somos 131 agentes y quizás tendríamos que ser 331 pero, entonces, querríamos realizar el triple de intervenciones. En vez de 2.000, querríamos hacer 5.000", concluyó.