En tan sólo cinco años, el bachillerato tecnológico ha pasado de contar con casi 4.300 alumnos en los institutos gallegos a no llegar a los 2.500 en este curso que acaba de concluir. Esta tremenda bajada, nada más y nada menos que de un 42,1%, pone en evidencia el escaso número de jóvenes que ven en la tecnología su futuro laboral. Este es el motivo por el que, desde la Consellería de Educación, se alerta de la necesidad de incentivar el atractivo de las ciencias entre los adolescentes con nuevas medidas que se pondrán en marcha ya en el próximo curso.

Este desinterés por la rama científica en el bachillerato se ha trasladado hasta las universidades. En los últimos años, las titulaciones de ámbito tecnológico han visto bajar considerablemente la cifra de alumnos. Un claro ejemplo es la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones, que fue durante años una de las más demandadas. Si en el curso 2003-2004 había 240 estudiantes matriculados en primero, cinco cursos después este número se reducía un 66,7%, siendo así 80 los alumnos que se decidieron por esta carrera. Lo mismo, aunque en menor medida, ocurre en carreras como Arquitectura o Ingeniería en Informática, con un descenso del 6,9% y del 4,1%, respectivamente, de los estudiantes matriculados en el mismo período.

Las nuevas medidas, recogidas en la nueva ley de educación, irán encaminadas a corregir esta la falta de alumnos en el campo tecnológico. La directora xeral de Ordenación e Innovación Educativa, María José Pérez Mariño, explica que existe la "necesidad" de contar con más investigadores e informáticos. El primer paso para lograrlo, según la consellería, es la unificación de la modalidad de ciencias con la de tecnología en una sola, menos restrictiva. Esta iniciativa se une a otras como la posibilidad de los alumnos de cursar materias de segundo de bachillerato aunque en el primer curso se suspendieran entre tres y cuatro asignaturas. Pérez Mariño entiende que dichas medidas están destinadas a crear "mejores alumnos y más preparados" y se frenar la tendencia a la baja.

Conseguir hacer las materias más entretenidas, flexibilizar la vía tecnológica y lograr que los jóvenes sientan interés en la ciencia será el reto al que tendrán que enfrentarse desde la consellería para que el próximo curso no siga perdiendo alumnos.