X. A. Taboada / Santiago

Rodríguez Zapatero y Pérez Touriño mantendrán hoy su tercera reunión en el Palacio de la Moncloa como presidentes del Gobierno y de la Xunta, respectivamente. Tres demandas marcan la agenda de trabajo y, por primera vez, el titular del Gobierno gallego acudirá con el respaldo expreso de PP y BNG para defender las reivindicaciones de Galicia: la llegada del AVE en el año 2012, la reforma electoral para que los emigrantes puedan votar en urna y un nuevo sistema de financiación autonómica que tenga en cuenta los factores de la dispersión y envejecimiento poblacional como criterios para fijar el reparto de los recursos del Estado. Siempre que Touriño traslade a Zapatero estas demandas en los términos en los que se movió la Xunta en las últimas semanas, el presidente gallego tendrá el aval de Núñez Feijóo y Anxo Quintana, como ayer se encargaron ambos de hacerlo público.

El jefe del Ejecutivo gallego será el cuarto presidente autonómico que Zapatero reciba en la Moncloa en lo que va de legislatura. La reunión comenzará a media tarde y en ella figura como asunto clave, tal como ha avanzado Touriño, las obras del tren del alta velocidad entre Galicia y la Meseta. Debido a los retrasos acumulados sobre todo el tramo Lubián-Ourense, cada vez hay más voces que ponen en duda la conclusión de las obras en el año 2012.

Para ello sería necesario, como primer paso, que en el primer semestre del próximo se licite la ejecución de Lubián-Ourense. Lo que buscará Touriño es renovar, precisamente, el compromiso de Zapatero de que las obras se sacarán a concurso en los seis primeros meses de 2009 y de que 2012 será el año de su conclusión.

Para ello resulta imprescindible que en los Presupuestos del Estado para el próximo ejercicio se reserve para Galicia al menos el 8% de la inversión territorializada del Estado en infraestructuras, que es otro de los compromisos que espera arrancar Touriño al presidente del Gobierno.

No está claro que en la reunión traslade al presidente del Gobierno la demanda de crear una comisión bilateral Xunta-Estado para realizar el seguimiento de las obras del Estado, pues a pesar de que el Congreso de los Diputados aprobó una iniciativa en este sentido, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, derivó ese seguimiento a una comisión sectorial entre las áreas responsables de las infraestructuras de ambos gobiernos.

En todo caso, tanto Núñez Feijóo como Anxo Quintana emplazaron ayer a Touriño a que exija la constitución de esta comisión bilateral.

Oídos sordos

"Como democrático que es, Rodríguez Zapatero no puede negarse eternamente a las peticiones unánimes planteadas por las tres fuerzas políticas. Antes o después accederá a estas peticiones justas de Galicia, no puede hacer oídos sordos continuamente", comentó Quintana, en referencia expresa a los plazos del AVE y a la comisión de seguimiento.

El presidente del PP, en una declaración específica para la ocasión, quiso trasladar el apoyo "unánime" de su partido a Touriño "a cambio de nada", pero siempre que plantee a Zapatero la ejecución del AVE, la reforma del voto de la emigración y la creación de la comisión de control de las obras del tren de alta velocidad. "Pero que nadie tenga la tentación en Madrid de pedir lo contrario de lo que proclama en Santiago", advirtió Feijóo.

El líder popular considera, no obstante, que las anteriores visitas de Touriño a la Moncloa se saldaron con "incumplimientos", "bien por su escaso peso en el PSOE, por el escaso peso de Galicia en el PSOE o por una combinación de las dos causas".

La financiación autonómica entrará en las conversaciones entre el presidente de la Xunta y Zapatero. La comunidad gallega sólo cuenta con el apoyo de Asturias, por encontrarse en un situación similar, para defender un modelo donde cuente el envejecimiento y la dispersión de la población y por el momento, el Ministerio de Economía rechaza introducir estos factores en la propuesta que Pedro Solbes ha presentado a los gobiernos regionales. No obstante, como advirtió Touriño el pasado fin de semana en el congreso del PSdeG-PSOE, confía en Zapatero para que Galicia no salga perjudicada con el nuevo sistema.