El BNG no nació para ser complemento de nadie ni ser bisagra... Nació para liderar el país y la única puerta de la que quiere formar parte es de la que conduce a la libertad soberana de Galicia", arengó Anxo Quintana, y miles de personas le replicaron con aplausos. Fue su momento estrella en la tradicional alocución del líder nacionalista el Día de la Patria y en la Plaza de la Quintana, en Santiago.

El portavoz nacional del BNG quiso enardecer los ánimos de sus bases con un discurso de máximos. Fijó como aspiración la presidencia de la Xunta en las elecciones de 2009 ("Un gobierno liderado por el Bloque es un mejor gobierno para el país"), para luego pedir a la militancia frentista "un trabajo ilusionante en los próximos meses: la mayor campaña de convencimiento, seducción e ilusión emprendida nunca" y dirigida a captar el voto no nacionalista, pero que "cree en Galicia".

Quintana, ahora vicepresidente de un gobierno de coalición con el PSdeG, quiere ampliar su base electoral y pasar de ser la tercera a la primera fuerza del arco parlamentario, captando a los galleguistas, y por ello, emplaza a los suyos a "empezar a trabajar para que el BNG sea la representación" de este masa de voto.

El número dos del Gobierno autonómico, que acortó su discurso de veinte folios porque "amenazaba lluvia", cree posible articular en torno al BNG "una nueva mayoría social galleguista", pues tras cuatro años en el bipartito, en su opinión, se ha demostrado que son los nacionalistas, y no sus socios, los socialistas, "el motor de las políticas innovadoras y de la transformación social, cultural y económica del país".

Como símbolo de la acción de gobierno de los nacionalistas eligió la política energética: "Con el BNG por primera vez en la historia del país la producción de energía a través del viento va a tener un primer y único beneficiario, el pueblo gallego".

Intoxicaciones

Para engordar su bolsa de votos, Quintana, que fue coreado como "presidente, presidente", atacó el flanco popular, pero sobre todo el socialista. A su rival en el PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, al que citó expresamente en dos ocasiones, le acusó de "alimentar las campañas de intoxicación lingüísticas ideadas en Madrid" y replicó que "el problema lingüístico en Galicia" no lo sufre el castellano, sino el gallego.

A Emilio Pérez Touriño, su socio en la Xunta, no lo nombró. Quintana dirigió sus críticas al Gobierno de Zapatero, advirtiendo a la opinión pública de que la crisis económica "será la coartada para disculpar todos los incumplimientos de los compromisos adquiridos con Galicia", por ejemplo la alta velocidad.

También reprochó al Ejecutivo que presuma de "talante", pero luego no atienda "las reclamaciones unánimes" que Galicia lanza, como la creación de la policía autonómica o de una comisión de seguimiento para las obras del AVE. La lista no se acabó ahí y denunció "la imagen falsa y distorsionada" que de Galicia quieren construir desde Madrid, pues "no es un país subsidiado, sin capacidad para generar ingresos que cubran sus servicios públicos". En pleno debate sobre la financiación autonómica y con la polémica de las balanzas fiscales aún coleando, el líder del BNG aseveró: "Ni el Estado es solidario, ni Galicia es una nación pobre".