La plaza de Platerías de Santiago estaba ayer llena, pero no de los militantes del Bloque convocados en la colindante plaza de A Quintana, sino de centenares de turistas y peregrinos que conformaban largas colas para acceder a la catedral con le objeto de asistir a la misa y contemplar el funcionamiento del botafumeiro. Como un peregrino más estaban ayer el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y el secretario xeral, Alfonso Rueda, mezclados entre el público al rechazar la invitación para sentarse en las bancadas reservada para las autoridades políticas durante la celebración de al Ofrenda.

Las medidas de seguridad también eran largas, entre ellas las de no permitir el acceso con mochilas a las inmediaciones de la catedral.