Aunque los síntomas son mucho más ligeros que en otras comunidades, sobre todo porque el peso de la inmigración es también aquí menor, la población en Galicia está creciendo. Poco. Insuficiente para darle la vuelta a la radiografía demográfica de Galicia, que empieza a notar ya los efectos del estancamiento de la tasa de fecundidad, de los nacimientos, en las últimas dos décadas. Hay casi 82.000 jóvenes menos que hace cinco año. Los menores de 25 años, unos 590.000 según las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de julio de este año, representan el 21% de la sociedad gallega, frente al 25% alcanzado en 2002, cuando había 672.000.

La base de la pirámide poblacional en Galicia tiene, pues, unos cimientos muy débiles, que se trasladarán en las próximas generaciones a las edades en las que teóricamente se concentran los ocupados. Y no tardará mucho en notarse. Las diferencias más fuertes están a partir de los 20 años. Si en 2002 había 201.474 gallegos entre los 20 y los 24, hoy son sólo 154.700. En el caso de la franja anterior, entre los 15 y los 19 años, la variación es de 30.000. Entre los 10 y los 14, de más de 17.000.

Poco a poco, la balanza se da la vuelta en el caso de las edades más bajas, como consecuencia del ligero repunte de la natalidad en los últimos dos ejercicios. Los menores de 4 años suponían en 2002, según los datos del INE, unos 95.700, frente a los 107.450 actuales. Entre los que van de los 5 a los 9 años, el aumento es de algo más de 2.000, hasta los 102.528. En ambos segmentos de población, hay más hombres que mujeres. Es decir, nacen más niños que niñas. ¿Cuántos? Pues 3.000 varones más entre 2005 y 2008.

Los hombres siguen siendo mayoría hasta que la pirámide demográfica toca el escalón de la cuarentena. A partir de ahí, las mujeres, que tienen mayor esperanza de vida, llevan el peso poblacional. A más edad, más grande es el colectivo femenino, incluso llega a representar el doble que el masculino a partir de los 80 años: 35.400 hombres y 57.400 mujeres.

Frente al descenso entre los jóvenes, el incremento entre los mayores de 60 años, que son un 6% más que en 2002. Un segmento de población que supera ya las 750.000 personas.