El PP defenderá un modelo de financiación autonómica solidario con Galicia, exigirá la llegada en plazo de la alta velocidad y que los emigrantes puedan votar en urna en las elecciones autonómicas del próximo año. Éstos fueron los tres compromisos con Galicia asumidos ayer por el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, en Sanxenxo, donde la Escuela de Verano de su organización buscó soluciones a la crisis económica.

Las elecciones autonómicas están señaladas en rojo en la agenda de prioridades del PP. Recuperar Galicia es un reto para el equipo liderado por Mariano Rajoy, que busca, tras la derrota de los comicios generales y tras renovar la organización sin el apoyo de una parte del partido, un resultado en las urnas que consolide su poder interno y le garantice cierto resuello.

Con este objetivo en mente, Rajoy no escatimó mensajes en clave gallega. Así al abordar la financiación autonómica, lanzó un guiño a esta comunidad, cuya clase política por unanimidad está preocupada porque el Gobierno español no ha incluido a priori el envejecimiento de la población y su dispersión como criterios a valorar para medir el coste de los servicios, y en consecuencia, calcular las transferencias del Estado a Galicia.

El líder popular asumió que "no es lo mismo" financiar la sanidad o lo servicios sociales "en una comunidad donde todos tienen 20 años o en otra donde todos pasan de los 80" y también aseguró que "no es lo mismo" costear la educación, si la población se concentra en un núcleo o si se dispersa por veinte. Consciente de que el envejecimiento y la dispersión del censo encarece la prestación de los servicios en Galicia, Rajoy prometió que defenderá ante José Luis Rodríguez Zapatero un modelo de financiación solidario con Galicia.

Rajoy también hizo suyas otras reivindicaciones del PPdeG, que trasladará a la política nacional. Si el Ejecutivo del PSOE, antes del 15 de septiembre, no presenta un proyecto de ley para que los emigrantes gallegos puedan votar en urna en las elecciones autonómicas de 2009, será el partido de la oposición el que lidere la demanda, presentando una proposición de ley en el Congreso, y recogiendo de paso la solicitud unánime formulada desde Galicia.

Rajoy tampoco se olvidó de la alta velocidad. Exigió "el cumplimiento" de la promesa de que habrá AVE en 2012, y acusó al Gobierno de Zapatero de "no hacer nada" para convertir en realidad el proyecto y a la Xunta de "no hacer nada" para urgir al Ministerio de Fomento a hacer sus deberes. Llegados a este punto del discurso, el líder del PP lanzó su única puya al BNG, al que criticó por haber permanecido "callado como muerto tres años", y ahora reivindicar el tren de alta velocidad porque "ve las elecciones próximas".

Feijóo propone congelar el sueldo de altos cargos, no el empleo público

Al líder de la oposición gallega, Alberto Núñez Feijóo, no le ha gustado nada el anuncio de la Xunta de que a partir de 2009 se va a ralentizar la creación de puestos de trabajo en la Administración pública, y por ello propuso ayer al Gobierno de Touriño que "en vez de congelar el empleo público, congele los sueldos de los altos cargos". También le propuso que los fondos que destina a "anuncios de autobombo" los redirija a "ayudar a las familias con problemas para pagar la hipoteca". Éstas son las alternativas que ayer expuso Feijóo para salir de la crisis económica en Galicia, y que quiere explicar en el Parlamento en un cara a cara con el titular de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, al que acusa de "tumbarse al sol con la que está cayendo", por negarse a convocar un pleno extraordinario este mes para abordar la situación económica. El presidente del Gobierno gallego ha solicitado su comparecencia en la Cámara para el primer pleno de septiembre, cuando se reanude la actividad legislativa.

Feijóo, igual que Rajoy, ha convertido la crisis económica, en el principal argumento de desgaste contra el partido en el poder, augurando que las consecuencias en Galicia serán "más graves" que en el resto del Estado.

El presidente del PPdeG también animó a los suyos de cara a la precampaña, asegurando que "el bipartido ya pasó de moda" y él percibe que los gallegos ya "quieren cambio".