Agua para todos y en buenas condiciones. Gestionada, eso sí, de forma eficaz y eficiente para evitar el abuso y fomentar el consumo racional. Con esos ambiciosos objetivos, la Consellería de Medio Ambiente tiene entre manos un macro plan de mejora de abastecimiento para la comunidad a diez años vista, hasta 2015. El volumen de obras es gigante -346 nuevas captaciones, 252 bombeos, 656 depósitos, 198 nuevas depuradoras y 5.853 kilómetros de tuberías-, de ahí también lo extraordinario de la inversión, más de 820 millones de euros. La dispersión y la particular orografía del territorio obligarán a que muchos de los trabajos afecten a áreas protegidas. Ya sean parques nacionales, como zonas de Red Natura, incluso humedales. El número de infraestructuras de abastecimiento en estos puntos crecerá un 22% y afectarán a un total de 38 espacios. Por eso, al proyecto le acompaña un denso informe de sostenibilidad ambiental, que ya puede consultarse a través de Augas de Galicia. La Xunta reconoce que habrá muchas alegaciones y muchas modificaciones.

El impacto de las instalaciones dependerá tanto de la propia zona, como de la infraestructura en sí misma. De sus dimensiones. Cuanto más grandes, más complicado su encaje en el territorio, como los depósitos de almacenamiento y las estaciones de tratamiento de agua potable. "Este aumento en la ocupación del suelo respecto a la situación actual se considera relevante, tratándose de espacios que presentan una calidad y naturalidad específica", destaca el plan.

¿Cuáles serán las áreas más afectadas? Pues, sobre todo, las que cuentan con declaración de especial protección de los valores naturales y que coinciden con los contemplados en la Red Natura. Un total de 71 actuaciones, con especial incidencia en Baixa Limia-Serra de Xurés (tres captaciones superficiales, tres subterráneas y cinco depósitos), Macizo Central (seis captaciones subterráneas, un depósito y una depuradora), Pena Trevinca (dos captaciones subterráneas, tres depósitos y una estación) y Serra do Candán (dos captaciones subterráneas y cuatro depósitos). En este último caso, además, y en del Macizo Central, las actuaciones propuestas suponen duplicar las que ya existen actualmente.

Lo mismo ocurre en el humedal protegido Ría de Ortigueira y Ladrido, donde se ubicarán una captación superficial, un bombeo y una depuradora. Tres nuevas infraestructuras, frente a las dos que están en funcionamiento. En Brañas de Xestoso y en Monte Faro, ambos en la Red Natura, no se había entrado. El plan de abastecimiento contempla una y cinco actuaciones, respectivamente.

Los 54 espacios protegidos gallegos tenían hasta ahora aproximadamente 1.060 infraestructuras. Ocupan una superficie que ronda el 1% del total de las áreas, "lo que permite -apunta Augas de Galicia- considerar como asumible la magnitud de esta afección, sobre todo si se tiene en cuenta la posibilidad de introducir medidas preventivas y correctoras". A lo que se unen estudios "en detalle" en las fases de proyecto para evaluar el impacto de cada una de las obras en particular, ya que sólo el 11,8% de las áreas protegidas gallegas tienen instrumentos de planificación y gestión, fundamentales para determinar "la compatibilidad de usos y ocupación".

El estudio llama la atención sobre "las graves afecciones" que las captaciones de agua podrían tener en puntos que estén ligados a espacios acuáticos continentales, como son los ríos o los lagos. "La preservación de la calidad de estos espacios pasa por evitar alteraciones en los sistemas hidrológicos y prevenir la contaminación de las aguas", avisa. En siete de ellas, es probable que no haya agua disponible en los meses de verano.