La columna vertebral del sistema de pensiones de España es una caja única a la que van todas las retenciones que se quitan a los trabajadores de sus nóminas y de donde sale el dinero para el pago a los jubilados, los viudos o los huérfanos. La clave del Estado del Bienestar. Porque si cada comunidad dependiera de lo que la Seguridad Social recauda entre sus trabajadores para costear el salario de los que ya no lo hacen habría muchas que estarían con una soga al cuello. Sobre todo, Galicia, donde se necesitarían 270.000 cotizantes más para cubrir el desembolso originado por las pensiones. Un problema más del tan comentado envejecimiento de la población.

Mes a mes, el número de pensionistas crece en Galicia. Son ya más de 706.000, según los últimos datos que tiene entre manos el Ministerio de Trabajo. Más de la mitad, por jubilación -un total de 437.747-; otras 67.144, por incapacidad permanente; casi 180.000 por viudedad; 19.800 en concepto de orfandad; y 5.312 a favor de familiares. La cuantía media de los pagos alcanza por primera vez los 600 euros, con diferencias de hasta 100 euros entre lo que cobran los pensionistas de A Coruña y Pontevedra, en comparación con los de Ourense y Lugo. Cantidades que dependen también del tipo de pensión y que van de los 711euros que rondan las de jubilación en Pontevedra, a los 305 euros mensuales para un huérfano lugués.

¿Cuánto cuesta a esa caja única las pagas en la comunidad? Pues más de 5.600 millones de euros. Es la factura de las pensiones gallegas en 2007, sin contar las no contributivas, que alcanzaron los 221 millones de euros el pasado ejercicio, tal y como recoge un reciente informe sobre la distribución geográfica de la ejecución del presupuesto de la Seguridad Social. Cantidades a las que también hay que añadir otros 232 millones en concepto de incapacidades temporales y 73,2 millones de euros destinados a abonar las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo y la lactancia natural; además de otros 73,8 millones de euros para otro tipo de prestaciones familiares a cargo del Gobierno central.

En paralelo al incremento del número de pensionistas y la revalorización de las pagas, el de la partida que la Seguridad Social dedica a Galicia para abonarlas. Hasta un 44% en los últimos seis años, uno de los aumentos más discretos de todas las autonomías, casi seis puntos menos que la media nacional y a mucha distancia de porcentajes como el 60% registrado en Andalucía. El pago de las jubilaciones ascendía en 2001 a 3.919,122 millones de euros, frente a los 5.648,083 millones reservados para el ejercicio de 2007. Sólo entre 2002 y 2003 el aumento de los fondos creció por debajo del 5%, un 5,19%, concretamente. En el resto de años, el alza supera el 6%, y llega al 7,5% en la comparación de los dos últimos periodos que recoge el análisis del organismo dependiente del Ministerio de Trabajo.

Los mayores aumentos en el gasto en pensiones desde 2001 se dan en Pontevedra, donde se supera el 51%; seguida de A Coruña, con un 46%. Son también los dos mercados laborales más dinámicos de la comunidad. En Lugo, el alza se queda en el 35,15%; y en Ourense, rozando el 36%.

Al otro lado de la balanza están los activos. En claro desequilibrio. Por cada pensionista en Galicia hay 1,8 trabajadores que están ocupados. De media, cada uno de los 1.080.569 cotizantes de la comunidad deja en la Seguridad Social unos 4.300 euros al año, con lo que sus cuotas alcanzan para cubrir el 75% de las pensiones en vigor a día de hoy.

En total, en todo 2007, la Seguridad Social recaudó en Galicia en cotizaciones 4.698,473 millones de euros, lo que representa un aumento de más del 50% gracias, sobre todo, al incremento experimentado en las afiliaciones en los dos últimos años, coincidiendo con la buena salud de la economía de la comunidad. Casi la mitad se ingresó en A Coruña -2.040 millones de euros-; otros 1.677 millones en Pontevedra; y entre Lugo y Ourense no suman ni un millón.