La Xunta estudia la creación de una delegación en Bruselas, que sería complementaria de la Fundación Galicia Emigración y se dedicaría a "tareas administrativas, políticas y oficiales que deriven de las instituciones europeas", mientras que la fundación sería el "instrumento eficaz para defender intereses empresariales y culturales". Así lo explicó ayer en el Parlamento el secretario xeral de Relacións Exteriores, Julio Fernández Mato, quien comparecía para dar cuenta de las líneas de acción de su departamento.

La apertura de una delegación en la capital europea, que sería la octava de una comunidad española, está siendo objeto de un "debate interno" en el seno de la Xunta, precisó Fernández Mato. Todas las comunidades autónomas tienen oficina en el corazón de las instancias comunitarias, pero siguiendo modelos jurídicos diversos, en función de las prioridades asignadas a estas oficinas. Así el mayor rango es el de la delegación y fueron Cataluña y País Vasco, hace veintidós años, las autonomías que abrieron el camino, al crear sendas delegaciones. En su momento, el nacimiento de estas delegaciones suscitó polémica, pues fueron consideradas una especie de embajadas que podían suponer una injerencia en la política exterior de España, que es competencia exclusiva del Estado. Sin embargo, tras Cataluña y País Vasco, siguieron esta senda Valencia (1989), Castilla y León (1992), Andalucía (1990), Navarra (1993) y Baleares (2001). Galicia podría ser la octava, y no es la primera vez que la Xunta se plantea la posibilidad de dotar de mayor rango institucional a su oficina en Bruselas, que en este momento es una fundación puesta en marcha hace veinte años, y en cuyo patronato están representadas entidades financieras, diputaciones, cámaras de comercio y el Consorcio Zona Franca de Vigo, además de la Xunta. El Ejecutivo de Fraga también abordó la posible apertura de una delegación, pero finalmente no acometió el reto. Es ahora el Gobierno de Touriño, quien asume la empresa, tras haber abierto ya en Buenos Aires (Argentina) una delegación y planear la próxima apertura de una segunda delegación en Montevideo.

El BNG aplaudió ayer la creación de la delegación porque entiende que será "un lobby" en la sede de la UE, y le pidió que priorice la de Bruselas sobre las previstas en América Latina. El PSdeG insistió en hacer compatible la delegación con la fundación ya existente y el PPdeG consideró que la delegación "igual no es el método mejor, más barato y más eficaz".