Las galescolas son el símbolo del cambio político en Galicia, para el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, quien ayer acudió a la fiesta de fin de curso de las escuelas infantiles puestas en marcha por su departamento y donde el gallego es la lengua vehicular de la enseñanza. Para el líder nacionalista, este proyecto educativo simboliza "la igualdad y el cambio" de una Galicia "diferente y mejor", cuyo Gobierno ayuda a las familias a conciliar su vida laboral y personal.

A la misma hora que el titular del Gobierno autonómico, Emilio Pérez Touriño, escogía la Ley de Protección del Litoral como emblema del cambio político en Galicia, el número dos de la Xunta apostaba por las galescolas como buque insignia de la gestión nacionalista. Quintana recordó que a finales de este año habrá tres mil plazas para niños de cero a tres años en las galescolas y aseguró que éstas crearon "más de 800 puestos de trabajo".

El vicepresidente explicó que cuando asumió las competencias de servicios sociales, había 6.595 plazas para niños de cero a tres años en escuelas infantiles públicas, y ahora ya hay, gracias a las galescolas, 10.806, y su objetivo es "poco a poco" alcanzar la cobertura recomendada por la Unión Europea (UE), que apuesta por un ratio de 33 plazas públicas por cada 100 niños. En la actualidad, "Galicia está cerca del 18%".

Quintana se paseó ayer por el campus sur de la Universidad de Santiago, escenario de la fiesta de fin de curso de las galescolas y en la que participaron, según los organizadores, dos millares de personas.

Los que más disfrutaron fueron los más pequeños, pues tenían a su disposición hinchables y talleres de globoflexia, maquillaje y pintura. Además, había actuaciones de teatro y musicales, cuentacuentos, y paseos en un carruaje tirado por miniponis. Diferentes stands exhibían los trabajos manuales de los niños de las distintas galescolas.