P rimero fue la hidráulica, los cientos de aprovechamientos que salpican el territorio gallego para producir electricidad con la fuerza del agua. Durante muchos años, el gran tesoro de la comunidad como potencia en las energías limpias. La eólica supuso un salto más en las renovables en Galicia, que aspira a llegar a 2012 con 6.500 megavatios (MW) en aerogeneradores y el 95% de la demanda de luz procedente de fuentes no contaminantes. Un objetivo en el que también tendrá mucho que ver el sol, las plantas solares, que vienen empujando fuerte en el parque de generación gallego. Las peticiones para placas de fotovoltaica triplican ya actualmente la cuota que tenía prevista la Xunta para los próximos cuatro años. La Consellería de Innovación mantiene una apuesta decidida por este tipo de energía, idónea para el autoconsumo en los hogares y las empresas.

Entre las instalaciones destinadas a este fin, el de cubrir las necesidades energéticas de un inmueble de forma individual, y las que se conectan a la red eléctrica para volcar la electricidad que engendran, el número de peticiones presentadas ante el Gobierno gallego ascienden a 370, con un total de 60 MW de potencia. El objetivo marcado por Innovación para la energía solar fotovoltaica en el Plan Enerxético 2007-2012 era alcanzar los 25 MW, con lo que se da por cumplida la meta.

La inmensa mayoría de las peticiones son de baja potencia, menores de 0,1 MW (100 kilovatios). Por encima, 80 solicitudes, de las que tan sólo 8 tienen previsto instalaciones de más de 1 MW. La prueba de que el tirón para aprovechar el sol en Galicia viene del autoconsumo y las pequeñas plantas frente a las grandes huertas solares.

Los promotores de fotovoltaica en Galicia miran ahora más tranquilos el sector tras la reforma que se hizo de la Lei do Solo para permitir la ubicación en terrenos rústicos de las instalaciones. Un problema solucionado sólo a medias, según Jesús Díaz Gómez, el presidente de la Asociación de Productores de Energía Fotovoltaica de Galicia (Apeg), que recuerda que el cambio en la normativa sirvió para abrir la puerta a las placas en sólo un tipo de suelo rústico, el ordinario, "que en Galicia escasea". "Es una de las cosas por las que la fotovoltaica no acaba de despegar del todo", explica.

La otra, según fuentes del sector, y que afecta a los productores solares de toda España, la sombra de una nueva y recortada retribución a la energía que entra en el sistema. El Ministerio de Industria tiene entre manos un borrador para la solar fotovoltaica en el que se contempla una disminución de las primas que reciben las empresas por la generación, una vez conseguido el techo de 400 MW instalados hasta 2010. La reforma afectaría a las nuevas instalaciones, aunque la Comisión Nacional de la Energía ya ha avisado al departamento que dirige Miguel Sebastián que el pago debe mantenerse para todas las que se inscriban hasta el 30 de septiembre, aunque se haya cubierto la cuota.