Ni robos ni seguimientos extraños. Francisco Caldas no sospechó en ningún momento que pudiera ser objetivo de las bandas de delincuentes comunes. "Nunca se enfrentó a nada raro. Pero los malandros cuando ven que alguien tiene algo, van a por él", declara desde Caracas la viuda del empresario gallego, Angelita Martínez.

Pese a que este verano, la familia tenía previsto viajar al pueblo natal de Francisco, en Muíños (Ourense), descarta viajar durante estas vacaciones a Galicia. "La última ocasión que estuvimos ahí fue en 2000. Francisco tenía ganas de ir de nuevo", recuerda su mujer.

Cuatro días después del asesinato de Francisco Caldas, Angelita todavía no ha recibido ninguna llamada del los responsables de la investigación para informarles de las hipótesis que están barajando sobre la banda que asaltó a su marido. "Tenemos pocas esperanzas puestas en la labor policial. Sólo queremos que los autores paguen lo que han hecho, pero aquí la Justicia tiene muchas lagunas", aseguran los familiares desde Caracas.

"Todos los días hay secuestros de ciudadanos. Pero no hay investigación. Se dan casos que llevan más meses estancados y así se quedarán", lamentan.