Aunque con matices distintos, PP y PSdeG-PSOE rechazaron ayer la exigencia del BNG de que el gallego sea declarado "idioma oficial preferente" en la comunidad, relegando al castellano a "un idioma cooficial que debe ser respetado en los usos individuales". Tanto populares como socialistas son contrarios a "posiciones beligerantes" que tendrían efectos contraproducentes en los ciudadanos a la hora de impulsar el gallego.

Así, el diputado del PSdeG Francisco Cerviño cree que esa medida no aporta nada porque en parte el gallego ya es el idioma prioritario para la administración autonómica. El portavoz socialista en temas lingüísticos sostiene que "en la práctica ya es el idioma preferente, porque es el que usan el presidente y los altos cargos y porque la mayoría de los documentos están en gallego salvo contadas excepciones que todos rechazamos".

Sin embargo, el diputado socialista matiza que la petición del BNG hay que enmarcarla en

"un boletín del partido, que es una revista para militantes". Cerviño, que defiende las posiciones "razonables" del socio nacionalista en el Parlamento, sin embargo critica la manifestación del pasado 18 de mayo en la que el BNG (con el vicepresidente Anxo Quintana a la cabeza) compartió marcha con miembros de Ceivar (órgano independentista) disfrazados con máscaras con la bandera española tapándoles la boca". "Esas imágenes dañan el trabajo a favor del gallego", critica.

Más allá va la diputada popular Manuela López Besteiro, quien ve "otra vuelta de tuerca más" en la política del BNG, a quien acusa de utilizar el idioma "como un arma electoral más". Así, la ex conselleira de Educación enmarca la propuesta nacionalista en su necesidad de "distanciarse" de su socio ahora que ya han entrado ambos en precampaña.

López-Besteiro alude, al igual que Cerviño, a que la actual legislación considera cooficiales los dos idiomas. "Caen en una contradicción: si el gallego está por encima del castellano, éste no puede ser cooficial". La diputada popular cree, también en la línea de su compañero socialista, que "la imposición y la confrontación hacen daño al gallego" y que lo primordial es "impulsar el gallego con cariño". "Las medidas coercitivas generan una reacción en contra. ¿Cuántos rechazan ahora el gallego porque tratan de imponérselo?", denuncia Besteiro.